No profetices más en Betel

Sermón predicado en Amós 7:10-17 por el Reverendo W. Reid Hankins durante el servicio de adoración por la mañana en la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad en 12/31/2017 en Novato, CA.

Sermón

Reverendo W. Reid Hankins, M. Div.
Traducido por el Diácono Diego Merino
Amós 7:10-17
12/31/17

“No profetices más en Betel”

A las personas generalmente no les gusta ser confrontados con comentarios críticos. Si le dices a alguien que está pecando o simplemente haciendo algo imprudente, a menudo reaccionan de manera enojada. Esto es especialmente el caso cuando la persona es muy orgullosa o de duro corazón. La gente humilde tienden a ser lo suficientemente sabios para considerar tales comentarios. Dicho esto, cuando alguien crítica a una persona de poder, como por ejemplo a un jefe de gobierno, hay una buena probabilidad de que dicha persona de poder no se preocupe en responder por varias razones. Pero a veces la gente de poder responden a las críticas. Basta con mirar las noticias hoy y se puede ver que lideres del gobierno responden a y lo que ellos deciden responder a las criticas. Y por lo tanto, si esa persona de poder responder a tus comentarios críticos, ¡sabes que tienes su atención! Pueden estar preocupados de que si o no responden a tales críticas, podrían terminar perdiendo poder y la posición que tienen.

Bueno, empiezo con esto hoy, ya que Amós obtuvo una respuesta de una persona de poder. Amós había estado predicando sobre todo contra la adoración de la gente que habrían sido supervisada por el sumo sacerdote. Amós había estado predicando contra el sistema de justicia que habría sido supervisado por el rey. Había sido muy criticado en su profecía. Sin embargo, podrías imaginar cómo tal predicación podría simplemente haber sido ignorada por los dirigentes de Israel. Podrían haber pensado que Amós fue simplemente una voz insignificante, no importante incluso de tomarlo en cuenta. Sin embargo, este pasaje muestra algo diferente. Amós notó esto. Él consiguió la atención del sumo sacerdote Amasías. Amasías estuvo preocupado por las palabras de Amós. Se preocupó también por el rey de lo que Amós habían estado hablando. Por lo tanto, eso es lo que es este pasaje. Es una serie de comunicaciones entre el profeta, el sacerdote y el rey.

Comencemos entonces en nuestro primer punto de ver la comunicación del sacerdote al rey. Son versos 10-11. El sacerdote de Betel, Amasías, escribe una carta de gran preocupación para el rey, el rey Jeroboam. Él acusa esencialmente a Amós de conspiración. Podemos apreciar por qué el sacerdote podría tener preocupación por Amós y por qué él querría avisarle al rey también. Ya he menciono el tipo de preocupaciones que Amós habían traído. El versículo 11 parece ser el resumen de Amasías de la profecía de Amós. Pero más pertinente, les apunto el verso justo antes de nuestro pasaje de hoy. En contexto, el versículo 9 contiene lo que Amós sólo había predicado. Versículo 9, Amós profetizando, “los lugares altos de Isaac serán desolados, y los santuarios de Israel serán puestos por basura. Levantaré la espada contra la casa de Jeroboam.” Piensa en eso. Eso pone en la. mira esencialmente tanto al sacerdote y al rey. De todos los lugares altos de Israel, seguramente Betel era el más prominente. Amasías era el sacerdote del lugar altísimo. Y en cuanto al rey, Amós predijo específicamente su destrucción.

Y así, Amasías, describe esto como una conspiración. Estoy seguro que si fueras Amasías y no crees que alguien se preocupaba por palabras de Amós, no estarías demasiado preocupado por la profecía de Amós que habló contra el sacerdote y el rey. Pero probablemente las palabras de Amós fueron ganando un público serio, al menos por algunos en Israel. Amasías está seguramente preocupado por permanecer en el poder. Si las personas actuarían según las palabras de Amós, él o el rey podrían estar en problemas. Amasías ve esto como un peligro claro y presente. Por lo tanto, él avisa al rey. Dicho esto, me parece notable que Amasías lo describe como una conspiración. Esto sugeriría envidia por parte de Amasías. Tiene preocupación que Amós está tratando de diseñar alguna revuelta para poner seguramente a Amós en el poder. La historia de Israel no fue sin precedente para tales cosas, para que puedas entender esa inquietud. Dicho esto, nada de lo que sabemos de la predicación de Amós nos haría pensar que él es líder de una conspiración. No llaman a sus profecías como para un golpe de estado por parte de Israel. Ellas llaman al arrepentimiento. Hablan de cómo Dios traerá juicio sobre su sistema pervertido de culto y su rey impío. Podemos entender cómo en la mente de Amasías esa predicación se traduce en conspiración. Pero esa acusación impugna efectivamente los motivos de Amós. ¿Estuvo Amasías mal entendiendo realmente los motivos de Amós? ¿O Amasías simplemente por odio a Amós y sus palabras mal caracterizó a Amós cuando fue adjudicada a él? Pienso en cómo en días de Jesús los líderes religiosos cambiaron la descripción de sus acusaciones contra Jesús cuando le llevaron ante Pilato. Cuando ellos, su tribunal judío, acusaban a Jesús de blasfemia, que era un cargo religioso. Pero cuando trajeron a Jesús ante Pilato, lo acusaron de traición, un cargo político. Amasías hace algo similar aquí. Él no dirige las palabras de Amós desde una perspectiva religiosa cuando escribe al rey. Amasías esencialmente hacen una acusación política contra Amós, un cargo de conspiración, lo que es una carga de traición también.

Amasías luego va a decir al rey que la tierra de Israel no puede soportar palabras de Amós. No es totalmente claro lo que quiere decir Amasías. ¿Significa que las personas han llegado a estar cansadas por la predicación de Amós? ¿Que la gente no quería escuchar más sus palabras de juicio? O ¿Cree Amasías que la nación no va a ser capaz de soportar mucho más de esta predicación? El lenguaje de Amós es incendiaria si ellos no van a silenciarlo ahora, ¿habrá una rebelión en sus manos? No está claro lo que quiso decir aquí. Pero lo que está claro es que Amasías a sí mismo no quieren escuchar más palabras de Amós.

Así, este es el mensaje que el sacerdote a enviado al rey. A continuación, echemos un vistazo a lo que el sacerdote dice al profeta. Se trata de versos 12-13. Amasías se dirige ahora para hablar de Amós. Básicamente, Amasías ordena a Amós volver a Judá; ese es el versículo 12. Recuerde, que Amós fue un pastor de Tecoa, que estaba en el reino meridional de Judá, no el Reino del norte de Israel. Amasías sugieren que él podría hacer su obra de profetizar allá. Esa es la idea con la referencia de comer pan. Está Amasías imaginando a Amós, ser un profeta es un trabajo. Amasías le dice que vaya a ganar su pan de cada día en Judá, por ser un profeta. Las palabras de Amasías a Amós otra vez parecen impugnar los motivos de Amós. Sutilmente parecen sugerir que Amós está por el dinero. Amasías dice que si Amós quiere seguir siendo un profeta, que está bien, siempre y cuando no profetice más aquí en Israel.

Esto llega a aclararse en el versículo 13. En el versículo 13, Amasías manda explícitamente a Amós a nunca profetizar otra vez en Betel. Su razón es que es santuario del rey. La Biblia de las bancas también dice que es la residencia real aunque no creo que sea la mejor traducción. En el hebreo es literalmente la casa del reino. Creo que ambos términos se refieren a lo mismo, que Betel es el templo nacional. Es el lugar oficial de culto de la nación. Sin embargo, este punto se hace con una combinación de rey y sacerdote con la emerción del lenguaje aquí. Es el lugar real de la adoración. Pienso como Éxodo 19:6 expresa su deseo de que Israel sería un reino de sacerdotes. 1 Pedro 2:9 habla de un sacerdocio real. Hay esta conexión cercana del sacerdocio y la realeza en ciertos puntos en la Escritura. Aquí Amasías expresa que éste era el caso para ellos en Betel. Desafortunadamente, eso fue en el contexto de la adoración pervertida, para ellos en aquel momento.

Pero estoy divagando. Aunque las Escrituras pinta una conexión positiva ideal cercana entre el poder civil y el poder religioso, lo que vemos es desgraciadamente típico en estos casos. Aquí tenemos un poder civil religioso pervertido que viene contra la verdadera religión. Sin un aviso piadoso, Amasías trata de silenciar al profeta de Dios. Y eso es el verdadero problema aquí. Amasías no quieren escuchar la palabra de Dios. La palabra de Dios a través de Amós lo ha ofendido y lo amenazado, por lo que no quiere oír más. Él no puede soportar esas palabras más. Es el verdadero problema de Amasías. En su dureza de corazón y orgullo, él no considera las palabras de Amós. Observa que no aparece aquí ningún discernimiento por parte de Amasías para determinar si Amos está hablando de parte de Dios. Eso es lo que pensarías que un sacerdote de Israel deberá preocuparse. Si alguien reclama ser un profeta de Dios, tu preocupación no debería ser si te gusta o no el mensaje. La preocupación debería ser si el profeta realmente está trayendo una palabra de parte del Señor. Si es así, entonces necesitas prestar atención a esa palabra profética.

Convirtiendo entonces en nuestro último punto, vamos a ver lo que dice el profeta al sacerdote en respuesta. Se trata de versos 14-17. Ponte en los zapatos de Amós ahora. Cómo estarías tentado a responder si fueras Amós. Este sacerdote es como el poder religioso superior de la nación, y sólo ha ordenado que deje de proclamar la palabra de Dios. Te podrías imaginar la tentación que sería ceder a las demandas de Amasías. Pueda ser que corras del problema. Pueda ser que aceptes la oferta que te permitiría huir en paz y así salvar tu vida. Se podía ver cual tentador sería obedecer al sacerdote por el temor al hombre. Por supuesto, también podrías imaginar cómo algunas personas incluso podrían ser tentadas por la posibilidad de nuevas oportunidades rentables para profetizar en Judá. Así que, ¿qué haría Amós? ¿Cómo respondería a estas tentaciones diversas? Bien, por la gracia de Dios, Amós pasa esta prueba. Él no huye a pesar de la persecución que probablemente seguirá. Mantendrá en llevar la palabra de Dios. Vemos su defensa aquí en los versículos 14-15. Y lo vemos continuar llevando la palabra de Dios aquí en los versículos 16-17.

En cuanto a su defensa, vemos Amós decir lo que se ha convertido en una línea clásica, “No soy un profeta ni hijo de profeta.” En cambio, menciona su vocación pasada como una especie de pastor y granjero. El lenguaje usado aquí para describir sus trabajos lleva a pensar que Amós no fue un pastor pobre, pero puede haber sido financieramente acomodado. El lenguaje de criador de ovejas podría haberse referido al mucho ganado que había criado y poseído. La referencia a ser un cultivador de la fruta sicómoro puede referirse a un consultor que fue a cortar la fruta en su tiempo correcto para obtener una mejor maduración. Estos trabajos pueden haber sido puestos como prestigiosos y pueden haber representado para Amós tener riquezas. Es difícil ser dogmático aquí. Pero la conclusión es que en el versículo 14, Amós parece responder a la acusación implícita de Amasías; que su profecía era un trabajo para ganar dinero; como si fuese un profeta profesional; sólo un profeta con fines de lucro. Amós niega categóricamente estas acusaciones. La implicación de sus palabras es que nunca fue un profeta profesional y estuvo más que contento haciendo sus trabajos regulares.

Así que, ¿por qué entonces Amós predica y profetiza ahora? Es lo que dice en el versículo 15. Porque el Señor lo llamó para hacerlo. El Señor lo tomó de sus trabajos anteriores para ser un profeta del Señor. Amós no había buscado tal trabajo. ¡El trabajo lo buscó él! El Señor le mandó ir a hablar sus palabras, específicamente a Israel. ¿Cómo podría obedecer Amós a Amasías a la luz de esto? Amós, con razón, se da cuenta de que cuando el comando de hombres entra en conflicto con el mandato de Dios, debemos obedecer a Dios sobre el hombre.

Y así, Amós no pierde mas el tiempo en traer más la profecía de Dios, a pesar del comando de Amasías. En los versículos 16 y 17, el pasaje termina con Amós inmediatamente violando la prohibición de Amasías. En el versículo 16, Amós ahora resume las palabras de Amasías y luego trae una profecía específica sobre esas palabras. Amasías estaba preocupado por su posición como sacerdote en Betel. Y Amasías habían sido referido por Amós diciendo que Israel sería conquistada y exiliada de la tierra. La profecía del versículo 17 se dirige a ambos. Por Amasías, la palabra profética dice que sufriría pérdida completa cuando Israel se enfrentara a juicio. Sus hijos serán sacrificados. Él mismo, supuestamente un sacerdote consagrado, morirá en el exilio en tierra pagana. Su tierra en la tierra prometida se dividirán y se dará a los demás como botín. Todo esto es probablemente por qué su esposa acabaría como una prostituta, como ella ha dejado todo sin marido, sin hijos o tierra. Que terrible maldición que Amós profetiza sobre Amasías. Pero no fue algo que él hizo. No fue Amós maldiciendo a Amasías. Era la palabra de Dios, juicio de Dios, la decisión de Dios. Era una maldición divina; Amós fue sólo el mensajero.

Y de paso, la profecía de juicio termina con una afirmación de que Israel en efecto terminará conquistada y en el exilio. La historia nos dice que esto ocurrió. Amasías no tenía que preocuparse por conspiradores entre Israel. Tenía que preocuparse por la realidad de este juicio de Dios. En lugar de perseguir a Amós, él debe haber agradecido a Amós por entregarle el mensaje. Entonces Amasías debía haber llevado al pueblo al arrepentimiento y ayuno.

Pero por supuesto, eso hubiera sido excesivamente duro para Amasías y ciertamente para el rey Jeroboam. El arrepentimiento para los dos hubiera sido reconocer que su sacerdocio y su reino eran ilegítimos. Amasías tendría que renunciar a ser sacerdote y tener a la gente y al sacerdocio ir a Jerusalem para la adoración. Jeroboam habría tenido que renunciar a la corona y llamar al pueblo para renovar su lealtad al hijo de David como el rey legítimo del pueblo de Dios. Amasías y Jeroboam tendrían que renunciar a su poder si ellos estaban arrepentidos. A veces el arrepentimiento es demasiado duro para la gente; ellos piensan que tienen que renunciar mucho. Pero a la luz de la alternativa mencionada aquí, seguramente cualquier sacrificio valdría la pena. Cuántas personas hoy no renuncian a su vida de pecado y recurrir a Dios en arrepentimiento. Sin embargo, el fuego inextinguible del infierno debería avisarnos a huir de la ira que viene de Dios. El juicio de Dios es aleccionadora y temeroso.

Bueno, en este pasaje, hemos oído del profeta y el sacerdote. Pero, ¿cuál fue la respuesta del rey? ¿Contestó Jeroboam el mensaje de Amasías? No sabemos. La Biblia no lo indica, así que no sabemos. Pero la Biblia resume la vida del rey Jeroboam en 2 Reyes 14 como alguien que hizo lo malo ante los ojos del Señor. Si él nunca contesto el mensaje de Amasías, seguramente no vino a la defensa de Amós.

Pero ahora te señalo al rey que respondió, el Señor Jesucristo. Jesús vino como un rey legítimo, que al mismo tiempo fue también un profeta y un sacerdote. Y cuando Jesús vino a esta tierra, Él reivindicó a los profetas de la antigüedad como Amós. Él elogió a todos aquellos profetas que fueron perseguidos por Israel cuando trajeron la palabra profética de Dios a la gente. Jesús también se unió a estos profetas de la antigüedad cuando habló a los líderes religiosos en Israel que habían pervertido la verdadera religión y la justicia entre la gente. Y como los profetas de la antigüedad, los líderes religiosos odiaban a Jesús por hablar contra ellos. Lo aborrecieron, y estaban envidiosos de Él, de cómo todas las personas acudían a Él. También estaban preocupados de perder su poder político y su posición debido a los efectos de la predicación de Jesús.

Y aún cuando Jesús vino esa primera vez, Él no vino a traer juicio. Aunque también habló de maldición, no habló de la maldición como habló Amós a Amasías. De hecho, si esa maldición sonado horrible por Amasías, Jesús vino para llevar una maldición peor. Jesús vino en su primera venida, no para juicio sino para llevar la maldición por el pueblo de Dios. En la Cruz, Jesús se convirtió en esa maldición. Mientras colgaba allí, Jesús fue cortado por Dios, abandonado por el Padre, experimentando el infierno y la vergüenza.

¿Por qué debe morir Jesús de esa manera? ¿Por qué Él debe experimentar tal maldición? Si Jesús vinieron como un profeta que habló la verdad, ¿por qué Él deberá experimentar tal maldición? Bueno, ya que también llegó como un verdadero sacerdote llegó para ofrecerse a si mismo para limpiar los pecados de su pueblo. Lo hizo con el fin de establecer un reino de pecadores redimidos. Ahora Jesús es exaltado como el justo rey de ese reino. Si tu has venido a Jesús en fe y arrepentimiento, entonces esta expiación ha sido eficaz para ti también. Conoce a Jesús como tu profeta, sacerdote y rey, y conocerás su salvación. En su ministerio profético Él revela la ley y el evangelio. Como sacerdote, se ofreció como una expiación por el pecado y ahora intercede por su pueblo mientras está sentado a la diestra de Dios Padre. Y como rey, ahora gobierna sobre su pueblo en justicia, salvándolos de todos sus enemigos y los nuestros. Y al final como rey, nos segura una tierra celestial eterna donde no habrá más dolor o tristeza.

En conclusión, los dejo con esta aplicación. El Nuevo Testamento muestra que todos los cristianos son imagen de Jesús en estas oficios. Jesús era un profeta, sacerdote y rey, y nosotros también somos todos profetas, sacerdotes y reyes en su nombre. Echemos un vistazo para vivir esos oficios en obediencia a Cristo. El desafío de esto es que Jesús nos dijo que al hacer esto sin duda nos enfrentaremos a persecución a la que Amós se encontró en este pasaje de hoy. Pero Jesús dice que cuando experimentes esto por su causa, conoce que tu eres bendecido y que te encuentras en buena compañía. El mundo podría decirnos que nos callemos, pero, como dijeron los apóstoles en el libro de los Hechos, debemos obedecer a Dios antes que los hombres. Como Amasías aquí, el mundo no tiene oídos para la verdad bíblica que enfrenta a la gente con su pecado y juicio de Dios. Esto no nos dice que el mundo está de acuerdo con las partes de la Biblia que habla de amor, alegría y paz. Pero en cuanto empezamos a hablar de pecado, juicio y maldición, quieren cerrar sus oídos y nos dicen que dejemos de hablar de esto. Y por lo tanto, el mundo no quiere escuchar la palabra de Dios. Nos odiarán por ello. Pero no es sobre nosotros. Seamos los mensajeros que somos llamados a ser.

Porque sabemos cuando Cristo nuestro Rey venga otra vez, entonces será para el juicio. Será su respuesta para todos aquellos que siguen rechazando su palabra y sus profetas. Entonces Él vendrá a traer el juicio final y maldición final, de igual manera en como el nos vindicará ante el mundo. Oremos por la gracia para vivir correctamente como sus profetas, sacerdotes y reyes; no para nuestro beneficio o fama, sino su alabanza y gloria. Amén.

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