Ha llegado el fin sobre mi pueblo Israel

Sermón predicado en Amós 8:1-10 por el Reverendo W. Reid Hankins durante el servicio de adoración por la mañana en la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad en 1/7/2018 en Novato, CA.

Sermón

Reverendo W. Reid Hankins, M. Div.
Traducido por el Diácono Diego Merino.
Amós 8:1-10
01/07/18
“Ha llegado el fin sobre mi pueblo Israel”
Nuestro pasaje comienza hoy en los tres primeros versos con otra visión, y me gustaría utilizar esta visión como la analogía para introducir el sermón de hoy. Porque esta visión establece el tema por lo que el resto de este pasaje es. Y Amós tiene esta visión; es la cuarta de cinco visiones que menciona en este libro. Esta cuarta visión es estilísticamente como la tercera visión, en eso envuelve a Amós ver algo lo que Dios tiene para Amós decir lo que Él ve. Entonces Dios vuelve en un juego de palabras lo que le dice a Amós, para aplicarlo a Israel. En este caso, Amós ve una cesta de fruta de verano. La palabra hebrea para la fruta de verano suena muy similar a la palabra “fin”. De hecho, en el norte de Israel, esto pudo haberse pronunciado virtualmente de la misma manera. Y por lo tanto, la aplicación de Dios es que el final ha llegado a Israel, usando el juego de palabras con la fruta de verano. Es el juego de palabras que es la aplicación aquí. Si tuviera que hacer un juego similar de palabras en español, podría ponerlo así: Amós, ¿qué ves? Amós dice: “Una cesta de fruta de verano”. Dios responde: “El juicio ha llegado a realizarse sobre mi pueblo Israel” (fruta, realizarse: que es lo más cercano que puedo hacerlo en español). Pero estoy divagando. El punto de esta visión es que el final está cerca para Israel. Además, ten en cuenta otros dos elementos de esta visión. Dios va a explicar que Él no mostrará más ninguna misericordia. Eso es lo que quiere decir cuando dice que no pasará por alto sus pecados. También va a describir el gran dolor en ese día del juicio. Eso es el verso 3: llanto y muerte. Y por lo tanto, esta visión introduce el pasaje y el sermón de hoy. Es un mensaje a cerca del fin que finalmente llega a Israel, eso envolverá mucha destrucción y lamento, un fin que Dios no cambiará. Eso es lo que consideraremos hoy.

Así que, empecemos en nuestro primer punto viendo porque Israel está bajo tal juicio final. Hemos estado viendo esto a través del libro de Amós. Dos problemas principales para ellos: perversión de la adoración y la aflicción a los pobres y necesitados. Estas dos cuestiones se mencionan otra vez aquí, aunque con algunos matices adicionales y detalles. De hecho, aquí estos dos pecados están relacionados. Comienza en el versículo 4 dirigiéndose a Israel como los que afligen a los pobres y necesitados, afligiéndolos hasta aniquilarlos. Pero entonces el verso 5 da un giro para conectar esto a una forma en la forma que pervierten la adoración a Dios. Sabes, cuando hemos hablado sobre Israel pervirtiendo la adoración en el libro de Amós, muchos de ellos han sido temas adorando de la forma incorrecta. Ya hemos hablado sobre ellos adorando en el lugar equivocado con los sacerdotes equivocados; y con el uso de ídolos en su adoración. Pero esa no es la perversión de la adoración mencionada aquí.

Por el contrario, empezamos en el versículo 5 por ver que tenían cuidado de apartar los días como días sagrados. La mayoría de los días santos o fiestas, que Israel tenían eran los días de reposo semanales y los festivales mensuales de la luna nueva. Eran tiempos de tomar un descanso del trabajo, y a cambio podrían adorar a Dios. Obviamente, eso significa que cuando vas a adorar a Dios en esos momentos, tu desearas estar allí. El corazón y la mente deben fijarse en la gloria de Dios y tu debes estar feliz de estar allí. Pero miren el problema que se describe en el versículo 5. Estas personas se mostrarían muy fieles que exteriormente mantenían el sábado y las fiestas de luna nueva. Pero interiormente, su corazón estaba en otro lugar. Interiormente, no podían esperar para volver al trabajo de venta y comercio. Atrás en el capítulo 4, versículo 5, dice que a la gente sólo le encantaba dar sus ofrendas, pero aquí vemos que cualquiera que era el monto, amaron sus actos de adoración pero no lo hacían como en su primer amor. Cerraron sus tiendas e ir adorar a Dios, pero su verdadero amor estaba en hacer dinero. Todo el tiempo que estaban adorando sus mentes estaban obsesionados con volver a trabajar para ganar más dinero. Y no solo eso, ellos querían abrir sus tiendas, por lo que podrían hacer más dinero engañando a los pobres y necesitados. Por los sistemas de medición y peso, les daban menos de lo que estaban comprando y cobrarles más de lo que debían. Incluso mezclaron la paja del suelo con el trigo y los vendían también a ellos. Amaban mucho al dinero, ellos gustosamente afligían al pobre y al necesitado para tener mas, hasta el punto de comprar personas como esclavos. Eso es lo estaban soñando mientras supuestamente ellos estaban adorando a Dios.

Creo que sería útil tener en cuenta que Nehemías 13:18 registra una pieza importante de la historia de Israel. Habla de cómo en algún momento de la historia de Israel, los israelitas no dejan de trabajar en los días de reposo en vez de ir a adorar a Dios. Sólo mantuvieron su comercio y no se molestaron en sacar tiempo para adorar. Señalo que la historia quiere decir que esto es diferente a lo que es condenado aquí. Pero obviamente era una opción para ellos. Si amaban a su comercio, ellos pecaron al no cerrar sus negocios los sábados y fiestas de luna nueva. Sin embargo, ellos cerraron sus negocios. Fueron a adorar. ¿Cuál es mi punto? Actuaban en forma santa. Fueron a través de las emociones religiosas. Pero realmente su corazón estaba en otra parte. Esto es perversión de la adoración en forma de hipocresía religiosa. Su adoración a Dios era un espectáculo porque en realidad eran adoradores del ídolo el dinero.

Permítanme hacer una pausa y darles alguna aplicación. Obviamente, esto puede ser una lucha hoy para la gente en la iglesia. Puede haber personas hoy en este día como estos en este pasaje. Ir a la iglesia y se hacen llamar seguidor de Dios, cuando realmente no son, ellos no pueden esperar regresar de la iglesia a sus casas y continuar sus vidas normales. Pero creo que lo contrario también es muy común. Alguien que realmente es un verdadero seguidor de Dios abiertamente y descaradamente ¿no va a la iglesia a veces, pero en su lugar eligen las cosas del mundo tales como trabajo, deportes, o cualquier otra cosa como más importante en ese día? Lamentablemente eso es muy común en la iglesia de Cristo hoy. Dios llama a su pueblo a separar un día cada siete para el culto y el descanso. En el nuevo pacto, ese día es el domingo, el día del Señor. Con qué frecuencia hoy creyentes traicionan su fe por no ir a la iglesia, en favor de algo lamentablemente más importante para ellos ese día. Una semejanza aquí es cuando vamos a la Iglesia y lo hacemos por una o dos horas el domingo, mientras pensamos todo el tiempo en la iglesia que termine lo mas pronto posible para poder realizar tus verdaderos planes para el día. Sin embargo, el cuarto mandamiento es de un día entero de cada semana como santo para Dios. Esperemos que este pasaje nos recuerde de cómo podemos venir a la iglesia y tener nuestros corazones y mentes en otros lugares. Llevemos nuestros corazones distraídos ante Dios y pedirle que nos haga crecer en amor hacia Él y para su adoración.

Muy bien, así hemos visto el pecado de Israel en este primer punto por lo que están bajo juicio. Volvamos ahora a ver cómo Dios describe su juicio aquí. Versículos 8-10 representa todo esto. Versículo 8 habla en términos de la tierra temblando, lo que hace pensar en terremotos. También habla de la tierra inchandose, como el río Nilo estacionalmente inundando la tierra, hasta hundirla. Esto podría referirse a juicios literales de terremotos e inundaciones, pero hablando probablemente es más metafórico. Es probable que describe el terror y la confusión que inundaba a Israel cuando viene el juicio de Dios.

El versículo 9 habla entonces de una extraña oscuridad que viene a Israel durante ese día. Es común pensar en un eclipse solar cuando se lee esto, aunque Dios ciertamente puede quitar la luz de todos modos si Él así lo decide. Esto era como la plaga de la oscuridad que vino sobre Egipto en el libro de éxodo. También vemos las profecías similares en otros lugares del Antiguo Testamento, hablando de cómo esto le sucedería a Israel. Este fue un juicio repetido que los profetas amenazaron a Israel en este tiempo. Bueno, el punto del presente juicio de la oscuridad aquí es configurar la idea del versículo 10. Para reemplazar la luz con las tinieblas es transformar algo bueno en algo contrario. Eso es lo que el versículo 10 decreta. Sus fiestas religiosas se convierten en luto. Estos tiempos que debían ser de alegres celebraciones serían cambiados en un momento de llanto, tristeza y amargura. Tenga en cuenta a propósito la idea de ojo por ojo y diente por diente. El tiempo de la adoración religiosa que estaba esencialmente falsificado, se convierte en un momento de gran dolor. De manera similar, el versículo 10 dice que sus canciones se convertirán en lamentos. Todo esto sucedería en ese día terrible que se describe en la visión de la fruta de verano. Cuando llegue el fin, habrá cadáveres por todas partes. Causará esto angustia masiva y generalizada. Como dice el versículo 10, la tristeza será tan profunda que será como cuando alguien pierde a un hijo único. Será un día amargo.

Seguramente, en ese día, la prosperidad financiera va llegando a su fin. Sabemos por la historia que Dios enviaría a los asirios sobre ellos. Dejarán cuerpos sobre cuerpos. Habría destrucción y muerte masiva. Que interesante figura de la visión de la fruta de verano que trajo luto. Por un lado, habla de los gemidos de aquel día terrible. Esta es la palabra por lo que las personas honrar a los muertos; ellos se lamentarán por los muertos. Por otro lado, se dice que habrían tantos cuerpos muertos por todas partes que se despojarán de ellos silencio. El silencio frente a los lamentos: qué contraste aleccionador que ambos hablan de lo horrible de este día del Señor sería para ellos, cuando este “fin” específico vendría sobre el pueblo. Eso es lo que anunciaba el profeta Amós. Amós anunció que el fin había llegado para Israel. La aplicación de nuevo hoy es recordarnos que habrá un día cuando vendrá el fin. Cuando venga el día del juicio final va a ser terrible. Cuando llegue ese día final, no queremos experimentar la ira de Dios.

Por lo tanto, hoy hemos visto en nuestro primer punto el pecado de Israel que ha traído juicio sobre ellos. En el segundo punto, hemos visto como el juicio de Dios se describe contra Israel, especialmente en términos de llanto y luto. Ahora en nuestro tercer punto, quiero tratar un aspecto y especialmente pensar en todo esto. Es lo que se deletrea en el versículo 7. Lo leeré otra vez. “El Señor ha jurado por el orgullo de Jacob, seguramente nunca olvidaré ninguna de sus obras.” Básicamente, Dios jura allí nunca olvidar sus pecados. Esto es similar a lo que dijo al explicar la visión en el versículo 2, que Él no pasará por alto sus pecados mas. Por lo tanto, Dios básicamente dice el final viene a Israel, dando cuenta de que Él no les perdonará, Él no mostrará ya mas misericordia; Él no olvidará ninguno de sus pecados.

Estas son palabras aleccionadoras y creo que debemos pensar a través de ellas más allá para entender lo que está dicho y lo que no está dicho. Para empezar, sería útil recordar que en el siguiente capítulo se describirá que habrá un remanente de Israel. Cuando todo se clarifique, Dios levantará el Mesías para reunir y reconstruir al Israel caído. Reunirá a un remanente de sobrevivientes entre Israel, junto con algunos Gentiles y hacer un nuevo reino bendito. Por lo tanto, la realidad que este pasaje habla de lo cierta que es la sentencia, no significa que no habrá un remanente. Por el contrario, vemos que Dios en realidad en última instancia salvará a un remanente. Él perdonará ese remanente y les mostrará misericordia. A quienes forman parte de este remanente, en última instancia Él quitará sus pecados y lo olvidará. Este es el aspecto positivo de todo este lenguaje fuerte de juicio.

Sin embargo, eso no cambia el hecho de la certeza del juicio descrito para el pueblo en medio de Israel. Si no fueras parte del remanente, pero fueras parte de los pecadores que sufren esta horrible sentencia, sería el “fin” para ti. El hecho de que exista un remanente salvado no ofrece mucho consuelo a quienes encuentran su final en este juicio terrible y horrible. Y ésta es la lección a tomar aquí. En el panorama grande, cuando finalmente llegue el fin de toda la historia humana, el tiempo de más gracia y misericordia vendrá a su fin. No habrá más oportunidad para la gracia o misericordia en aquel momento. Si no has encontrado gracia para entonces, Dios declarará que nunca se olvidará de tu pecado e iniquidad así como que recibirás el juicio que se describe como el llanto y el crujir de dientes.

Y sin embargo la buena noticia es que vivimos en esta era del evangelio en que aquel momento todavía no es. Vivimos en este tiempo donde hay tiempo todavía para que nuestros pecados sean borrados y olvidados por Dios. Por eso Jesús vino a este mundo y fue a la cruz. Mientras que está colgado en la cruz, pagó por la pena del pecado, para todos los que pongan su confianza en Él. Por eso se oscureció durante ese tiempo mientras Jesús estuvo colgado en la cruz. Esas tres horas de oscuridad se suponía que es la señal para nosotros de lo que estaba sucediendo en la cruz. Jesús experimentó el juicio por el pecado, que Él podría ofrecer perdón y gracia a aquellos que se convertirían a Él en fe. Ésta es la era en que vivimos ahora. Espero que veas la urgencia aquí a la llamada del evangelio. No esperes hasta que sea demasiado tarde para salvarte. Cuando el Señor regrese o cuando mueras, ya no tendrás esta oportunidad para que tus pecados sean perdonados. Y por lo tanto, les urjo a tener todos sus pecados removidos y olvidados volviéndonos a Jesús ahora, en esta era del evangelio. ¡Reciban esto ahora, antes de que sea demasiado tarde! No lo pospongas más. Confía en Cristo y ten tus pecados perdonados.

Bueno, hay otra forma en que podemos traer aplicación de este pasaje hoy. No tenemos que ir al final de la historia de la humanidad para encontrar aplicación. Este pasaje es esencialmente sobre una parte de la iglesia visible ser puesta en un final. El pueblo del norte del reino de Dios a sido puesto en un final, a pesar de la historia de la humanidad, y la historia que la iglesia vivirá. Así, vemos en el libro de Apocalipsis que esta idea no era única en el antiguo pacto. Este mismo tipo de cosas puede suceder bajo el nuevo pacto. En el libro de Apocalipsis, las cartas a las siete iglesias están llenas de estas advertencias. Personas y congregaciones incluso que pretenden seguir a Cristo pero que realmente no lo estaban, fueron amenazadas con ser cortadas. Por ejemplo, a la iglesia de Efeso, Apocalipsis 2:5, Jesús los amenazó en quitar su candelero como iglesia, si continuan olvidando su primer amor. A la iglesia en Pérgamo en Apocalipsis 2:15, Jesús los amenaza con venir a ellos y pelear contra ellos, si no renuncian de la falsa enseñanza que habían comenzado a entretenerlos. A la iglesia en Tiatira, Apocalipsis 2:21, Él amenaza con juicio sobre ellos donde dice advertir a todas las congregaciones. Podría continuar. Pero el punto es claro. Lo que sucede aquí con Israel en Amós pude pasar particularmente a congregaciones incluso a individuos hoy en día dentro de la iglesia. Parte de la iglesia visible podría se removida en juicio por Dios en cualquier momento. Esta advertencia es clara en Apocalipsis. Aquellos que están en la Iglesia pero no son de la iglesia, pueden encontrarse separados aquí y ahora, incluso antes del regreso de Jesucristo. Sin embargo, en dichas cartas, la solución también es clara a la luz de esa amenaza. Hay un llamamiento claro a arrepentirse. Arrepiéntete, mientras todavía haya el tiempo de misericordia y gracia. Arrepiéntete y vuélvete a Jesús antes de que llegue el fin.

Iglesia Presbiteriana de Trinidad déjame resumir todo para hoy. Amós es un libro que habla a una iglesia en crisis, llena de falsos creyentes que afectan a otros en la iglesia. La aplicación a ellos es en sustancia lo mismo hoy. A aquellos en la Iglesia pero no son parte de ella, deben ahora llorar sobre su pecado en lugar de esperar hasta el juicio y luego llorar. Mejor es llorar ahora que después. Vendrá un tiempo cuando ya no tengan la oportunidad de la gracia. Por otra parte, a los afligidos en la iglesia: Dios no olvidará cómo han sido afligidos. Él en última instancia reivindicará a su pueblo afligido.
Bien, para ambos grupos dentro de la iglesia visible, la necesidad es la misma. Todos necesitamos la gracia de Dios en Cristo Jesús quien llevó con anticipación el día del juicio final. Estemos en Cristo o enfrenta esa oscuridad y nubarrones por ti mismo. Permítanos, Iglesia Presbiteriana de la Trinidad, que seamos encontrados en Él. Seamos encontrados en Cristo, para que a pesar del lamento sobre el pecado y nuestras penas y nuestros problemas en esta vida, nos regocijemos en la eternidad con nuestro Amado Salvador. Amén.

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