Para los que han alcanzado madurez

Sermón predicado en Hebreos 5:11-14 por el Reverendo W. Reid Hankins durante el servicio de adoración por la mañana en la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad en 6/10/18 en Novato, CA.

Sermón

Reverendo W. Reid Hankins, M. Div.
Hebreos 5:11-14
Traducido por el Diácono Diego Merino.
6/10/18

“Para los que han alcanzado madurez”

Hoy vamos a tratar el tema de la madurez espiritual, centrándose en el capítulo 5, versículos 11-14. Sin embargo, leí el pasaje más amplio porque estos versículos son sólo parte de un punto más grande que Hebreos está haciendo aquí. Después de que Hebreos describió a Jesús como un sumo sacerdote en el orden de Melquisedec, el versículo 11 comienza una exhortación lateral. Básicamente, Hebreos dice que quiere enseñarles más acerca de esta doctrina de que Jesús es un sumo sacerdote en el orden de Melquisedec, pero no está seguro de que sean capaces de manejar una enseñanza tan avanzada. De hecho, lo hará en el capítulo 7 procediendo darles esta enseñanza más avanzada. Pero primero por un lado a expresar su preocupación por la madurez espiritual. En el pasaje de hoy comparará la madurez espiritual con la inmadurez espiritual y la forma en que parecen ir retrocediendo en su crecimiento. En lo próximo él expresará la preocupación de que él no quiere que finalmente se deslicen hacia la apostasía, y por tanto alejándose de la fe. Pero al final de este pasaje, veremos que él confía en mejores cosas para ellos. En otras palabras, tiene la esperanza de que realmente sean salvos y de esta manera estarán creciendo y perseverando. Por lo tanto, vamos a ver la primera parte hoy en los versículos 11-14 y preveo dos sermones más para trabajar en el resto de esta sección. Y creo que el punto debe ser bien tomado aquí, que aunque Hebreos tiene la esperanza de que estos oidores eran en última instancia verdaderos creyentes, él sin embargo creyó que necesitaban escuchar esta advertencia contra la apostasía, y aquí hoy, contra la retroceso en nuestro crecimiento espiritual. Dios quiere que su pueblo crezca. Vamos a hablar de este crecimiento hoy.

Entonces, empecemos hoy considerando lo que parece ser espiritualmente inmaduro. Los versículos 11-14 hablan de esto con una analogía de crecimiento físico. El versículo 13 habla de personas que son bebés, literalmente infantes espirituales. Dice que esos bebés necesitan leche, no alimentos sólidos. Esto ilustra nuestro crecimiento espiritual como cristianos. Y creo que esto es importante de recordar. Cuando te conviertes en cristiano no empiezas maduro espiritualmente. Empiezas espiritualmente inmaduro. Ninguno de nosotros alcanzará plena madurez en esta vida, pero todos tenemos que empezar como bebés en Cristo. Al igual que los bebés recién nacidos, los cristianos necesitarán crecer. Pedro usa esta imagen de una manera complementaria en 1 Pedro 2:2 diciendo que debemos desear la Palabra de Dios como un bebé recién nacido desea leche, para que podamos estar creciendo. El punto de Pedro y el punto aquí, es que hay un crecimiento que será necesario para el cristiano. Si cuando se convierte uno en cristiano por primera vez, uno se siente abrumado por lo mucho que todavía tiene que aprender acerca de Dios, luego entonces sabes que es normal. Si por otro lado, cuando te conviertes en un cristiano, piensas que automáticamente comenzarás a madurar, ¡te equivocas!

Este pasaje nos dice específicamente que cuando nos convertimos primero en cristianos, necesitaremos una dieta de leche. Los versículos 12 y 13 reconocen este hecho. Los cristianos recién nacidos necesitarán leche. ¿Qué es esta leche? El versículo 12 da una definición: los primeros principios de los oráculos de Dios. En otras palabras, lo básico de la Palabra de Dios. Las enseñanzas fundacionales de nuestra fe. El capítulo 6 define aún más las enseñanzas fundacionales en los versículos 1 y 2; cosas como la fe y el arrepentimiento, cosas como las ordenanzas de la iglesia, y la enseñanza sobre la resurrección y el día final del juicio. En otras palabras, la leche de la fe son aquellas enseñanzas básicas de la Escritura que son indispensables para la fe cristiana. Son esas montañas en las que uno tiene que morir que si te comprometes en ellas tu ya no tienes una fe en que se te puede llamar cristiano. Por ejemplo, los reformadores sabían que la justificación sólo por la fe era una de esas enseñanzas fundacionales. Hebreos reconoce que estas son las doctrinas que tu necesitas para comenzar. Comienzas con lo básico de la Palabra de Dios. Le dices a la persona que se convierte lo que Dios es y sus justas demandas. Describes nuestro pecado y lo que merece. Y tú hablas del evangelio de la salvación en Jesucristo. No empiezas con los temas avanzados. Empiezas con lo básico.

Parte de la idea es que estás poniendo una base con estos fundamentos de los que se basarán. La otra parte de esto es que los temas carnosos son más difíciles de entender. El versículo 11 reconoce que ciertas doctrinas son difíciles de explicar y por lo tanto difíciles de entender. Recuerden como Pedro mencionó en 2 Pedro 3:16 que algunas de las enseñanzas de Pablo eran ejemplos de como algunas Escrituras son más difíciles de entender que otras. Entonces, el punto es que los espiritualmente inmaduros no están aún en un lugar en su crecimiento para realmente ser capaces de escuchar y digerir tales temas avanzados.

Y así, un aspecto relacionado entonces viene en el versículo 12 con la referencia a ser maestros. La implicación es que los espiritualmente inmaduros no están en un lugar para enseñar a otros sobre Cristo. Eso por supuesto significa que deberían considerarse principalmente estudiantes de la Biblia; deben ser discípulos en primer lugar. Ahora, para clarificar, no quiero exagerar eso. Estoy convencido de que incluso los más jóvenes como cristianos tienen algo que pueden aportar a los demás. Recuerdo que en Juan 4, Jesús acababa de empezar a enseñar a la mujer samaritana en el pozo. Ella había aprendido sólo un poco, sin duda todavía era una bebé en la fe. Pero con lo poco que ella sabía, fue capaz de decirle a otros en su aldea acerca de Jesús. Y sin embargo, por supuesto, ella no afirmaba saber todo acerca de Jesús. De hecho, su ministerio era realmente para introducir a su pueblo a Jesús, para que pudieran aprender de primera mano de Él. Así que, seguramente, incluso los cristianos más jóvenes en la fe pueden y deben comunicar la fe a los demás. Dicho esto, sabemos que los bebés en la fe no van a ser capaces de enseñar a alguien más acerca de Cristo y la Biblia en la forma en que un cristiano más maduro será capaz. Eso debería ser obvio, y esto es un punto que vemos aquí en el versículo 12. Y así, los cristianos jóvenes en la fe deben ver especialmente el llamado a ser estudiantes y discípulos de la Palabra de Dios.

Sin embargo, otro aspecto de ser espiritualmente inmaduro aparece en el versículo 13. Allí dice que un creyente inmaduro no será todavía experto en la palabra de justicia. ¿Qué significa esto? Creo que el versículo 14 nos ayuda a entender esto más cuando habla del discernimiento espiritual como lo opuesto. En otras palabras, los inmaduros espiritualmente todavía están aprendiendo lo que la Biblia dice sobre el bien y el mal. Todavía están aprendiendo las diversas aplicaciones de la Biblia acerca de cuándo ciertos principios que aplican o no en la vida. Piensa en eso, cuando tu estás creciendo en la fe, primero tienes que aprender el contenido de la Biblia. Pero en segundo lugar, hay que aprender a interpretar correctamente el contenido de la Biblia. Pero en tercer lugar, tienes que aprender cuándo y como ese contenido de la Biblia se aplica realmente en tu vida en medio de diversas circunstancias de la vida. Cuando te conviertes en cristiano por primera vez, sólo has empezado a hacer eso con la leche de la Palabra de Dios. Todavía no sabrás lo que la Palabra de Dios le dice a todo. Tu acabas de empezar este viaje de crecer en Dios y su Palabra.

Así que aquí vemos algunos aspectos acerca de ser espiritualmente inmaduro. Volvamonos ahora a ver lo contrario. Vemos aquí por el otro lado algunos aspectos de lo que significa ser espiritualmente maduro. El versículo 14 describe a los que han “alcanzado madurez”. De nuevo, no creo que esto signifique que cualquiera de nosotros sea completamente maduro en esta vida. Pero existe esta idea, sin embargo, de un cristiano que crece desde la infancia hasta una mayor edad y madurez. Vemos algo de lo que parece aquí.

Entonces, un aspecto clave de esta madurez creciente es que tu comenzarás a necesitar alimentos sólidos. Esto se indica en ambos versículos 12 y 14. Piensa en la analogía allí. Cuando alguien es un bebé, no puede tener comida sólida. No sería bueno para ellos. Pero de la misma manera, cuando maduren lo suficiente necesitan empezar a tener más y más alimentos sólidos. Vivir exclusivamente de la leche materna no va a ser una solución a largo plazo para su crecimiento y salud en curso. Así también, este pasaje sabe con razón que necesitamos ir más allá de lo básico en sí, incluso en las doctrinas más difíciles de la palabra de Dios. Ahora, para clarificar, no estoy diciendo que una vez que aprendas las verdades básicas como el evangelio no necesitas escucharla más. No, yo ciertamente quiero mencionar que siempre tenemos que recordar las verdades fundamentales de la fe cristiana como parte de nuestro crecimiento continuo y salud como cristiano maduro. Ciertamente vemos en Hebreos, que también recuerda en varias formas de esos principios elementales. Pero el punto es que no solo debemos consumirlo. Nuestra dieta espiritual no debe ser hecha solamente de leche una vez que hemos crecido más allá de nuestra infancia espiritual. Ahora también necesitamos una dieta de alimentos sólidos.

Hay aplicaciones en abundancia. En nuestros días de querer encontrar la unidad con otros cristianos y otras denominaciones, muchos evangélicos esencialmente han renunciado a la comida sólida en el proceso. Mientras que en días anteriores, las denominaciones emitían grandes y pesadas confesiones de fe y catecismos para resumir sus convicciones de las Escrituras, hoy en día una declaración de fe de media página parece cada vez más común entre ciertas iglesias. La idea a menudo es afirmar lo esencial, lo que está bien hasta cierto punto, pero no si eso resulta en que solo enseñes lo esencial. Necesitamos iglesias, pastores y ancianos que enseñen más que solo lo esencial, y eso significa que necesitan estar bien fundamentados en estas doctrinas más difíciles de entender. Eso desafortunadamente significa que seguramente habrá divisiones en las denominaciones hasta que Cristo regrese, debido a los desacuerdos que existen en la iglesia sobre algunas de estas doctrinas más difíciles de entender. Pero sacrificar la comida sólida para que solo tengan leche por el bien de la unidad seguramente no es una opción bíblica.

Entonces, otro aspecto de la madurez espiritual es que esa persona es capaz de enseñar. Me gustaría aclarar aquí que esto no significa que la madurez espiritual significa que tienes que convertirte en un maestro en un sentido oficial como un pastor o un anciano o un profesor de seminario. Ciertamente, hay algunos que están dotados y llamados para ese propósito. Pero la Biblia muestra un papel que busca que cada persona laica aspire a ser competente para aconsejar y enseñar a otros en cierta capacidad. Por ejemplo, Titus 2 habla de las mujeres mayores que enseñan a las mujeres más jóvenes cosas como amar a sus maridos e hijos y como comportarse en el hogar. En Romanos 15: 4, Pablo habla de como los cristianos romanos pudieron instruirse y amonestarse unos a otros, lo que él relaciona con el hecho de que habían crecido en conocimiento. Más adelante en esta carta de Hebreos, en 10: 24-25 se habla de como los cristianos deberían poder exhortarse mutuamente y estimularse unos a otros en amor y buenas obras. Este es un aspecto de la madurez espiritual. Que nos volvamos más capaces de hablar la Palabra de Dios unos a otros de manera que fomenten, construyan, amonesten, etc. Esto no significa que dejemos de ser estudiantes y discípulos. Pero sí significa que compartimos con los demás las cosas que hemos estado aprendiendo como estudiantes y discípulos. Esto es parte de la madurez espiritual.

El último aspecto para mencionar aquí sobre la madurez espiritual es el crecimiento en el discernimiento espiritual. Vimos esto en los versículos 13 y 14 en términos de lo inmaduro; ahora estamos reconociendo lo contrario; que un cristiano en crecimiento se está volviendo hábil en esta palabra de justicia; que están teniendo sus sentidos ejercitados para discernir tanto el bien como el mal. Había mencionado para los inmaduros, primero tenían que aprender el contenido de la Biblia, luego, como interpretarlo y, en tercer lugar, como aplicarlo. Eso, obviamente, es una cosa continua y progresiva. En otras palabras, no se aprende todo el contenido de la Biblia antes de hacer cualquier interpretación o aplicación de ésta. No, tu progresivamente estás aprendiendo algo, luego interpretando y luego aplicándolo. Y continúas con ese proceso con más y más Escritura. Luego vuelves a los versículos que has estudiado antes y vuelves a hacerlo y aprendes más en el proceso.

A lo largo de esta linea de aplicar lo que has aprendido, esto incluye tratar de poner en práctica lo que has aprendido. Vemos esto en el versículo 14 cuando habla de que este crecimiento proviene del uso. Como dice Santiago, no es suficiente simplemente ser oidores de la Palabra, sino también hacedores de la Palabra. Este es un aspecto importante del crecimiento y la madurez: la aplicación significa la implementación y el ejercicio de la Palabra de Dios. La vida cristiana no es meramente algo académico. El crecimiento debería dar fruto de piedad. Esto significa que no solo podrás saber más acerca de lo que está bien y lo que está mal, sino también que comienzas a elegir y actuar de manera correcta y no equivocadamente. ¡Eso es crecimiento!

Entonces, hemos tenido la oportunidad de considerar aquí la inmadurez espiritual y la madurez espiritual. Ahora damos un paso atrás y vemos la preocupación que Hebreos está planteando. La gente a que Hebreos originalmente estaba escribiendo también había comenzado a retroceder en su madurez espiritual. Habían comenzado a regresarse hacia atrás, hacia la infancia. Vemos esto en el versículo 11 cuando dice que se “volvieron” aburridos de oír. La palabra “aburrido” es literalmente “lento”. En otras palabras, se habían vuelto lentos, casi perezosos y letárgicos, en su habilidad para aprender la Palabra de Dios. No solían ser así, pero últimamente han comenzado a serlo. Podemos pensar en la tentación de la pereza en nuestro propio crecimiento y progreso espiritual. De manera similar, en el versículo 12, él los reprocha que deberían haber podido enseñar a otros, pero parece que tuvieron que volver a la leche y no a la comida sólida. La pregunta que plantea aquí es si se habían capacitado o no en la palabra y, por lo tanto, en el discernimiento espiritual y la vida piadosa que deberían haber estado allí para ellos.

Obviamente, esta es la dirección incorrecta. Los cristianos deberían avanzar en su madurez, no retroceder. Pienso en la reprensión similar de Pablo a los corintios en 1 Corintios 3: 2. Allí, él dice que ha tenido que seguir dando leche a los corintios porque aún no estaban listos para la comida sólida. Allí, Pablo los reprendió por no crecer. Pero aquí es peor. Estaban creciendo. Pero ahora parece que van hacia atrás. El autor de Hebreos creyó en un tiempo que ellos podrían haber entendido las enseñanzas más complejas, pero ahora él no estaba seguro como haría con ellos porque habían llegado a estar lentos en escuchar y comprender.

La aplicación debe ser clara de nuevo. Esta preocupación nunca debe ser el caso de ningún cristiano, y sin embargo, cuan seguro es que esto es una amenaza continua para los creyentes. A veces podemos estancarnos en nuestro crecimiento cristiano. A veces incluso podemos ir hacia atrás. ¿Qué debemos hacer a la luz de eso?

Bueno, ciertamente, la exhortación de la Escritura significaba a despertarnos a tal pereza en nuestro crecimiento. Si tu te has encontrado luchando con tu crecimiento, este pasaje debe alertarte. Entonces, ese es el primer paso para lidiar con esto. ¡Si las Escrituras hoy nos plantean esta preocupación, entonces alabado sea Dios! Dios quiere que nos preocupemos por crecer. ¿Qué hacemos entonces a partir de ahí?

Bueno, yo sometería a que necesitamos el alimento sólido de la Palabra de Dios. Si parece que hemos retrocedido para necesitar la leche, recordemos sin embargo, que todavía necesitamos la comida sólida. Podríamos parecer volver a ser niños otra vez, pero la realidad es que hemos crecido y tenemos necesidad de una dieta bien balanceada. ¿no es eso en realidad lo que Hebreos hará aquí? Esta sección deja de hablar de que Jesús es un sacerdote en el orden de Melquisedec para mencionar su preocupación de que no están listos para tal “carne”. ¿pero entonces qué él hace? En el capítulo 7, él no obstante les enseña la carne sobre Jesús y Melquisedek. La solución al crecimiento espiritual atrofiado no es privarnos de la dieta carnosa de la Palabra de Dios. Es para profundizar en estos pasajes más difíciles y forzar nuestra fe. No seamos perezosos en nuestros estudios de la Palabra de Dios, pero seamos renovados en nuestro discipulado. Seamos renovados en conocer a Cristo en su Palabra. Tratemos de ver a Cristo seguir formándose dentro de nosotros.

Pensando en lo básico, esto es en realidad parte de lo que el evangelio se trata. El evangelio de la salvación no sólo incluye el perdón de los pecados y la vida eterna. También incluye el crecimiento que nos hace lucir como Cristo en última instancia. En las palabras de Pablo en Efesios 4, es para que crezcamos para ser “no más hijos” de la fe, sino en madurez, “a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.” Este es uno de los aspectos de la salvación: que se inspiró en su Palabra y Espíritu, y en función de su gracia, crecemos en la madurez cristiana. Crecemos para ser como Cristo. Para ser conformados a la gloriosa imagen de Cristo. Por eso Hebreos sigue apuntándonos a considerar a Cristo en todo esto. Porque Él no es sólo la fuente de nuestra fuerza y crecimiento, sino que Él es lo que estamos apuntando a aparecernos. Alabado sea Dios que Él se preocupe por nuestro crecimiento, y que Él nos siga haciendo crecer aún hoy. Sigamos insistiendo en la madurez creyendo que nos concederá la gracia de crecer. Amén.

Copyright © 2018 Rev. W. Reid Hankins, M. Div.
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