Isaac y Rebeca

Sermón predicado en Génesis 24 por el Reverendo W. Reid Hankins durante el servicio de adoración en la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad en 26/11/23 en Novato, CA.

Sermón

Reverendo W. Reid Hankins, M.Div.

Traducido por el Diácono Diego Merino

A medida que nos acercamos al final del relato de Abraham en Génesis, nos volvemos para ver cómo Dios cumplirá sus promesas a través de la simiente prometida de Isaac. Eso requerirá que Isaac se case y tenga al menos un hijo. El pasaje de hoy nos muestra cómo, por fe, Abraham asegura una novia para Isaac. Primero, veremos cómo Abraham busca honrar a Dios en su búsqueda de una esposa para Isaac. En segundo lugar, veremos cómo Abraham, a través de su siervo, busca una esposa de buen carácter para Isaac. En tercer lugar, veremos cómo las partes en el pasaje de hoy reconocen el plan de Dios y la providencia en acción aquí. Al estudiar un pasaje como este, puede parecer extraño la forma de como encontrar una esposa. Si bien hay algunas aplicaciones que podemos tomar de este pasaje en asuntos del matrimonio, hay varias cosas aquí que no son normativas. Profundicemos, pues y aprendamos estas y otras aplicaciones.

Comenzamos primero viendo cómo Abraham buscó honrar a Dios en la forma en que trató de encontrar una esposa para Isaac. Podemos ver esto primero por la seriedad con la que toma esta tarea. Debido a su avanzada edad, confía esta tarea a un sirviente, y no a un sirviente cualquiera, sino de su personal más antiguo y de mayor confianza. Luego le hace jurar que buscará una esposa para Isaac dentro de restricciones muy específicas, que claramente Abraham se refería a esas restricciones para honrar al SEÑOR.

La primera restricción se encuentra en los versículos 3-4. La esposa de Isaac no debe ser de entre los cananeos. En cambio, el siervo debe encontrar una esposa para Isaac en Harán, el antiguo país natal de Abraham, donde todavía viven sus parientes. Hay varias razones por las que Abraham pudo haber requerido esto. Los pueblos cananeos eran gente malvada que crecían en su maldad. Por ejemplo, en dos capítulos veremos que Esaú, hijo de Isaac y Rebeca, se casará con dos muchachas cananeas que terminan causando problemas a la familia. Abraham seguramente no quería que Isaac se mezclara con pueblos paganos impíos. Del mismo modo, Dios ya le había dicho a Abraham en Génesis 15 que los pueblos cananeos pronto serían destruidos en juicio una vez que su maldad creciera al máximo. Abraham no querría que su hijo a través del matrimonio estuviera en yugo con un pueblo condenado, no fuera que su juicio viniera sobre él también. Ese juicio es también cuando Dios entregará la tierra de Canaán a la descendencia de Abraham. Abraham seguramente no quería llegar a poseer nada de esa tierra a través del matrimonio con un cananeo, sino a través de la gracia del SEÑOR. Por lo tanto, Abraham buscó honrar a Dios imponiendo esta restricción contra una esposa cananea para Isaac.

A través de la aplicación, busquemos también honrar a Dios a través de buscar con quien nos casamos. Si usted está buscando un cónyuge, recuerde que la Biblia enseña que no debemos estar unidos en yugo desigual en nuestro matrimonio. Si usted está buscando un cónyuge, debe buscar casarse con un cristiano(a). Ahora, sí, a veces un cristiano por varias razones se encuentra casado con un no cristiano, no debe divorciarse, sino ser el mejor cónyuge que pueda ser, como un testimonio para ellos. Pero para la persona soltera que está buscando un cónyuge, debemos honrar al Señor buscando un cónyuge que comparta nuestra misma fe cristiana.

Una segunda restricción que Abraham pone a su siervo es que no debe llevar a Isaac de regreso a Harán lugar de donde procede Abraham. Si el sirviente encuentra el tipo de novia adecuada para Isaac, pero ella no se quiere mudarse, Isaac no se mudará a Harán. Recuerde que en el capítulo 12, Dios sacó a Abraham de Harán a la tierra de Canaán. Dios prometió esta tierra a la descendencia de Abraham. La fe de Abraham aquí lucha con la posibilidad hipotética de un conflicto entre las promesas de Dios. Dios le prometió a Abraham un pueblo, y eso no puede suceder si Isaac no se casa. Pero Dios también prometió un lugar, y eso no puede suceder si Isaac se muda permanentemente fuera de la Tierra Prometida. Pero la fe de Abraham seguramente no cree que tal conflicto pueda suceder realmente, y por lo tanto no permitirá que Isaac bajo ninguna circunstancia se mude de la Tierra Prometida, ni siquiera por una esposa. Abraham piensa que esto es tan importante que le dice a su siervo que será liberado de su juramento si la esposa correcta no regresa con él. Abraham honra a Dios al no poner la búsqueda de la esposa de Isaac por encima de otras obligaciones importantes a las que Dios los ha llamado.

Por aplicación, recordamos que si bien el matrimonio es algo bueno y una decisión muy importante en la vida, hay algunas obligaciones que son de mayor prioridad. Creo que algunas personas solteras pueden luchar con esto. Pueden hacer del matrimonio un ídolo del corazón, estableciendo la búsqueda de casarse como su meta más importante en la vida, con todo lo demás secundario a esto. Pero aunque el matrimonio es una meta encomiable, debemos poner a Dios en primer lugar en todas las cosas.

Entonces, esas son algunas de las formas en que Abraham buscó honrar a Dios en la forma en que buscó una esposa para Isaac. Pasemos ahora a nuestro segundo punto para ver cómo se busca una esposa de carácter noble para Isaac. Tomo ese lenguaje de Proverbios 31:10 que recomienda encontrar una esposa así, que sea más preciosa que las piedras preciosas. Cuando el siervo de Abraham llega a Harán en el versículo 13, básicamente ora para que Dios lo dirija a una mujer de carácter noble. Ora para que cuando esté en el pozo de la ciudad, una mujer les diera a él y a sus camellos agua para beber, y que tal mujer sea la esposa de Isaac. Desea una mujer virtuosa para Isaac, una que mostrara bondad a un anciano viajero.

Ahora sí hay algunos rasgos físicos mencionados aquí sobre Rebeca. El versículo 16 nos dice que ella era una mujer joven con una apariencia hermosa. Pero, el texto continúa mostrando varios aspectos de su carácter que eran hermosos. Se la describe como casta, versículo 16. De hecho, ella pasa la prueba del agua para beber en dos partes en los versículos 17-19, dándole agua tanto a él como a sus camellos. En el versículo 20, vemos su acomedimiento mientras toma el agua rápidamente, sirviendo con diligencia. En el versículo 25 vemos a Rebeca demostrar la virtud de la hospitalidad así como la generosidad, ya que ofrece alojamiento para el hombre y alimento para los camellos. También podríamos notar que al final del pasaje, ella se pone el velo cuando se acerca a Isaac, lo que habría sido la modestia habitual requerida para una futura esposa ante su esposo, lo que también serviría para realzar la belleza interior sobre la exterior. De hecho, como Pedro nos recuerda en 1 Pedro 3:4, el mejor tipo de belleza es la belleza del corazón. Esta es la clase de esposa que el siervo de Abraham buscó para Isaac.

Por aplicación, debemos recordar que el carácter interior es más importante que la belleza exterior. Para alguien que busca un cónyuge, debemos asegurarnos de que nuestra lista de deseos en lo que estamos buscando tenga las prioridades correctas. Esto no significa que no haya espacio para la apariencia física y la atracción en la lista, pero la sabiduría te dirá que no es tan importante como muchas otras cosas que deberían estar en la lista. Algunas personas pueden tener tan pocos requisitos del carácter en un cónyuge potencial que se casan rápidamente con cualquiera solo para encontrar luego mucha angustia después. Por otro lado, otros pueden tener una lista tan larga de requisitos del carácter en una pareja potencial, que nunca terminan encontrando a alguien con quien casarse. Sin embargo, el punto es que la belleza interior es algo que hay que valorar en los demás y cultivar en nosotros mismos.

En nuestro tercer punto de hoy, observemos cómo las partes en el pasaje de hoy reconocen el plan y la providencia de Dios obrando aquí. Encontramos al siervo de Abraham con esta oración en la que busca la guía especial de Dios para identificar a la mujer adecuada para Isaac. Sabe que tiene que ser alguien que cumpla con los requisitos de Abraham, y ora para que Dios prospere en su viaje identificando a la joven a través de esta prueba de dos partes con el agua para beber. Nótese que no solo espera ver a Rebeca pasar esa prueba, sino que también se preocupa por conocer su identidad. Recuerden, Abraham dijo que encontrara una esposa para Isaac de entre sus parientes. En el versículo 23 aprende que, en efecto, ella es de la familia de Abraham, la nieta del hermano de Abraham. Por lo tanto, cuando el siervo de Abraham cree por primera vez que su oración ha sido contestada, responde en adoración en el versículo 26, orando: “Bendito sea el SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que no ha abandonado su misericordia y su fidelidad para con mi señor. En cuanto a mí, el SEÑOR me ha guiado por el camino a la casa de los parientes de mi señor”.

Seguimos viendo al siervo de Abraham reconociendo repetidamente el papel del SEÑOR cuando se encuentra con la familia de Rebeca. Por ejemplo, vemos su conversación con Labán, el hermano de Rebeca, quien llama al siervo de Abraham el bendito del SEÑOR. Luego, en el versículo 34, vemos al siervo de Abraham relatar a la familia de Rebeca todos los eventos que habían ocurrido desde el principio. Su relato testifica claramente de la mano del SEÑOR para guiarlo en todo, incluyendo las circunstancias providenciales en las que se encontró con Rebeca en respuesta inmediata a su oración por tal guía. En el versículo 50 vemos la respuesta de la familia al testimonio del siervo. Labán, hermano de Rebeca, y su padre Betuel responden, diciendo: “Ha venido del SEÑOR”. Y añaden: “Que sea la mujer del hijo de tu señor, como ha dicho el SEÑOR”. Por lo tanto, ellos también reconocen la mano de Dios en esto. Ante esa respuesta, el siervo de Abraham vuelve a adorar a Dios, versículo 52. Y en el versículo 56, de nuevo menciona cómo es el SEÑOR quien prosperó su camino en todo esto.

Entonces, todo este capítulo muestra cómo el SEÑOR ordenó tan maravillosamente este matrimonio, llevando al siervo de Abraham a encontrar a Rebeca de esa manera, y el resultado es la feliz unión al final del capítulo. No solo están casados, sino que el capítulo termina hablando de cómo Isaac amaba a Rebeca y cómo ella era un consuelo para él.

Permítanme hacer una pausa y hablar en contra de una aplicación simplista común de este pasaje. Algunos piensan que este pasaje aboga por lo que a veces se llama colocar un vellón como prueba delante de Dios en tus oraciones. Esa descripción proviene del libro de Jueces, donde Gedeón ora por una señal para conocer la voluntad de Dios a través de algunas pruebas creativas con un vellón de lana. Sin embargo, el contexto muestra que el ejemplo de Gedeón no se nos recomienda como algo a seguir. Del mismo modo, en otros lugares las Escrituras nos enseñan a no poner a prueba a Dios y también acerca de los peligros asociados con la exigencia de señales. Es posible que Dios le haya concedido misericordiosamente a Gedeón las señales que pidió con sus vellones, pero eso no significa que se nos recomiende orar normalmente de esa manera. Entonces, la gente dice, bueno, ¿qué pasa con este pasaje? ¿No muestra esta oración del siervo de Abraham el mismo tipo de cosas, y por lo tanto otro ejemplo para recomendar la idea de extender un vellón delante de Dios para determinar la voluntad de Dios? ¿Debemos orar pidiéndole a Dios señales especiales para guiarnos? He visto a cristianos hacer esto, oran para que Dios muestre alguna señal que les diga si deben hacer algo. Entonces sucede esa señal, y ellos suponen que es la revelación personal especial de Dios para ellos, y presuntuosamente toman grandes decisiones de vida en torno a esa revelación sobrenatural percibida. Pero, ¿nos recomienda este pasaje tal oración como una forma normal de discernir la voluntad de Dios para nuestra vida?

No, no es así. Tomar tal aplicación de este pasaje sería una lectura superficial y, por lo tanto, inexacta del texto. Si bien el siervo de Abraham hace este tipo de oración, hay dos factores importantes que hablan en contra de las personas que tratan de aplicar esto a sí mismos de manera simplista. El primer factor es que se trataba de circunstancias extraordinarias y, por lo tanto, no se aplicarían a circunstancias normales. El segundo factor es que incluso cuando el siervo recibió la señal por la que oró, todavía no presumió que era una revelación infalible de Dios. Permítanme explicar ambas.

Primero, las circunstancias especiales y extraordinarias para este pasaje y la oración del siervo se encuentran en el versículo 7. Allí, Abraham le dice a su siervo que Dios enviará a su ángel delante de él para que el siervo pueda encontrar una esposa para Isaac en Harán entre sus parientes. Dense cuenta que eso era profecía. Dios ya ha dicho que Abraham es un profeta. Abraham envió a su siervo a esta misión con la profecía de que Dios lo guiaría de una manera sobrenatural. Esta verdad sobre el ángel que va delante de él es tan central para la historia aquí, que el sirviente incluso le dice esto a la familia de Rebeca en el versículo 40. Eso es lo que hace que la misión del siervo aquí sea diferente a la tuya y a la mía. Dios le dijo que habría una guía sobrenatural para esta misión en particular, por lo que el siervo se sintió animando para orar y pedir la ayuda tan específica. Por lo general, Dios no da una guía sobrenatural tan especial para elegir una esposa. Pero lo hizo aquí por Isaac, y aparentemente eso es lo que le dio a este siervo tanta valentía para orar de esta manera por una guía tan fuera de lo común.

Luego, el segundo factor que mencioné es que incluso después de que la señal por la que su siervo oró, sucedió, él no presumió que fuera una revelación infalible de Dios. Esperaba que fuera Dios quien respondiera a su oración, pero no presumía que iba a suceder. Dios no ha prometido que se someterá a cualquier tipo de pruebas que podamos pedirle a Él. Dadas estas circunstancias especiales, el siervo esperaba que Dios respondiera a su oración de esta manera, pero no supuso que fuera el caso. ¿Cómo lo sabemos? Mire el versículo 49. Después de esperar que su oración fuera contestada, buscó confirmación pidiendo permiso a la familia para que Rebeca se casara. Le pide a la familia que le haga saber si dejarán que Rebeca se case con Isaac, para que pueda saber qué hacer a continuación. Todavía hay una sensación de incertidumbre por parte del sirviente, porque no va a presumir eso. Verá, aunque Abraham fue un profeta y receptor de tal revelación especial, este siervo no era presumiblemente un profeta. Por lo tanto, el siervo trató de discernir la voluntad de Dios a la luz de estas circunstancias especiales en las que se le había prometido una guía angelical. Pero incluso cuando vea la señal por la que oró, no sabrá infaliblemente que Dios la contestó hasta que esté de vuelta en casa con la joven e Isaac se case con ella.

Por lo tanto, espero que eso ayude a evitar que apliques mal un pasaje como este. El aspecto extraordinario de este pasaje debe protegerse contra aplicaciones demasiado simplistas. Sin embargo, es este aspecto extraordinario el que nos recuerda el mayor significado de este pasaje. ¿Por qué están sucediendo cosas tan extraordinarias aquí, que Dios daría una guía angelical especial en términos de conseguirle una esposa a Isaac? Quiero decir, ¿te diste cuenta de que este es el capítulo más largo hasta ahora en Génesis, todo acerca de Él consiguiendo una esposa? Por el contrario, mire hacia el siguiente capítulo, versículo 1. Allí, Abraham se vuelve a casar y eso está cubierto en un solo versículo. ¿Por qué la diferencia? Porque su nuevo matrimonio no avanzará en la línea de la promesa. Pero el matrimonio de Isaac sí lo hará. Dios prometió cumplir el pacto abrahámico a través de Isaac, y eso significa que Isaac tendrá que casarse y tener descendencia, para que un día nazca el salvador prometido, Jesucristo.

De hecho, esta es la razón por la que es apropiado que Rebeca reciba tanta atención aquí, como la bendición que su familia la envía, versículo 60. Es posible que notes que los elementos de esa bendición suenan similares a lo que Dios le ha prometido a Abraham y ahora a Isaac. Esto se debe a que Rebeca se está casando con Isaac y, por lo tanto, está siendo injertada en la línea de la promesa con él. Jesús vendrá tanto de Isaac como de Rebeca. Y así como Isaac sería el patriarca de todos los cristianos, Rebeca será una matriarca. En repetidas ocasiones nos hemos regocijado de habernos convertido en hijos e hijas espirituales de Abraham y Sara. Bueno, también somos hijos e hijas espirituales de Isaac y Rebeca, todos al ser injertados en el pueblo de Dios a través de Cristo Jesús.

Entonces, cada uno de nosotros los cristianos tenemos una historia como la de Rebeca en la que Dios obró su plan en la historia para llevarnos a cada uno de nosotros también a la línea de la promesa. Ellos discernieron la obra de Dios aquí para traer a Rebeca a Isaac. Reconozcamos y discernamos hoy cómo Dios ha obrado en la historia para traernos a cada uno de nosotros a esta familia. Hoy nos hemos advertido que tengamos cuidado de no aplicar mal este pasaje en la forma en que tratas de discernir la obra del Señor en tu vida. Pero no me malinterpreten. Queremos discernir la obra del Señor en nuestra vida. Ciertamente, el Espíritu Santo obrando a través de la Palabra, la oración y el consejo piadoso, nos ayudará a buscar tal discernimiento. Y a medida que buscamos reconocer las formas en que Dios está obrando en nuestras vidas, que también resulte en el tipo de alabanza que vemos de parte del siervo de Abraham hoy.

Los dejo con una última aplicación general. Isaac tenía que conseguir una novia para que Jesús naciera algún día. Bueno, Jesús un día regresará a buscar a su novia también. Esos somos nosotros, la iglesia. De hecho, esa historia tiene más de un capítulo en la Biblia, ¡porque es así de importante! Preparémonos para esa gloriosa consumación.

Amén.

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