Sermón predicado en Hebreos 12:25-29 por el Reverendo W. Reid Hankins durante el servicio de adoración por la mañana en la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad en 2/17/19 en Novato, CA.
Sermón
Rev. W. Reid Hankins, M.DIV.
Traducido por el Diácono Diego Merino
Hebreos 12: 25-29
2/17/19
“Un Reino que no puede ser Sacudido”
Sacudir o sacudido. Es una palabra que está tres veces en nuestro texto para hoy. Y como preparé para el sermón de hoy, me sorprendió la gama de traducciones y el uso de esta palabra en la Biblia. Se puede usar para describir una sacudida emocional de miedo, a veces traducido como tembloroso. Se puede usar para describir el temblor de la tierra por un terremoto, a veces traducido como “temblor”. También se puede usar para describir el temblor de algo como al punto de destruir, a veces traducido como algo “movido” o “no movido”, dependiendo del caso. Curiosamente, cuando se piensa en teofania, la aparición o la manifestación de Dios, todas los tres de estos sentidos de “sacudir” pueden entrar a usarse bíblicamente. La Biblia describe como la sacudida de la tierra a menudo se asocia con la teofania . La Biblia describe el temblor y miedo por los humanos cuando Dios aparece en forma de teofania. Y la Biblia describe el temblor de la destrucción que Dios trae en su ira divina cuando viene como teofania. Bueno, estoy empezando aquí hablando de “sacudir” y la teofania, porque esos conceptos relacionados están en el corazón del pasaje de hoy. Y en la típica manera hebrea, el pasaje de hoy lo hace con una cita del Antiguo Testamento. El verso 26 cita un verso sobre “temblando”, Hageo 2: 6. Hasta cierto punto, el pequeño libro entero de Hageo parece estar en vista.
Bien, vamos a estremecernos por ahora mirando al estremecimiento que es mencionado en el versículo 26. Menciona como en el pasado Dios sacudió la tierra. A la luz del contexto del pasaje de la semana pasada, esto se refiere claramente al Sinaí. Hemos sido recordados de todos los signos y los sonidos que “sacudieron” a las personas cuando Dios apareció a la gente en el Sinaí en teofania. Pero también mencionamos que su voz literalmente causó que la tierra tiemble, Éxodo 19:18.
Sin embargo, si vemos cuidadosamente el versículo 25, la referencia a estas personas del antiguo pacto describe cómo no escaparon al juicio de Dios. No escaparon de Él que les había advertido de la tierra, Sinaí. ¿Qué tiene en mente cuando dice que no escaparon? A la luz de la cita del versículo 26 de Hageo, Hebreos debe tener en cuenta cuando Babilonia vino y conquistó a la gente de Dios y destruyó a Jerusalén, incluido el templo. Eso es lo que Hageo seguro tenía en cuenta cuando comparó con el pasado temblor de la tierra frente a un futuro temblor de la tierra y el cielo. Hageo estaba describiendo la destrucción de Babilonia a Jerusalén como el primer temblor de la tierra. Ese es el contexto de Hageo, un libro escrito en el resultado de la destrucción babilonica. Seguramente, Hageo ve que el primer “temblor” describiendo cómo Dios usó a los babilonios para castigar a su pueblo, destruyendo su Jerusalén terrenal y removerlos de la tierra prometida.
Entonces note lo que Hebreos está haciendo aquí. Al hablar así sobre las personas del pacto antiguo esto confunde dos eventos que están separados por un largo periodo de tiempo. Él trae junto la formación del antiguo pacto en Sinaí y la ruptura del pacto que dio lugar a la destrucción babilonica. Esos eventos fueron separados por cientos de años, pero hebreos puede decir correctamente que cuando esa generación posterior fue sacudida por Dios a través de los babilonios fue porque rechazaron las advertencias de Dios que había hablado en Sinaí. Eso tiene sentido, fue en Sinaí que Dios dijo que si se adhirieren al pacto tendrían una vida bendecida en la tierra prometida, pero de lo contrario serían maldecidos y expulsados de la tierra.
Date cuenta de lo que implica, cuando en el versículo 28 dice que estaremos recibiendo un reino que no puede ser sacudido. Dicho a la luz de la destrucción babilonica de Jerusalén, dice que el viejo pacto de reino davídico, era en realidad que se puede sacudir. Jerusalén fue conquistada; sus paredes destruidas; su templo demolido; su rey davídico sin trono. Este reino fue conmovido y de hecho fue en gran manera sacudido. Esto muestra que la promesa que Dios le dio a David de un reino eterno por su linaje aún no había llegado. El reino mesiánico por venir del linaje de David aún no había venido. Pero cuando vino, el prometido Mesías traería un reino que no podría ser sacudido.
Entonces, esa es la esperanza en mente cuando el libro de Hageo fue escrito. Hageo es un libro sobre la reconstrucción de lo que fue dañado por los temblores, al mismo tiempo mirando a algo mas grande por venir. Hageo fue un profeta después de que Dios sacudió y destruyó a Jerusalén a través de los babilonios. Era un profeta después del exilio llamando al pueblo a reedificar lo que se había destruido. Hageo específicamente llamó al pueblo a reconstruir el templo. Así es como comienza el capítulo 1 de Hageo, hablando contra las personas como estaban poniendo mucho tiempo y dinero en construir sus casas, mientras que el templo todavía estaba en ruinas.
Y así, la gente tomó atención de esa llamada. Ellos reconstruyeron el templo. Eso se grabó en el libro histórico de Esdras, y también vemos eso en Hageo. Sin embargo, Hageo 2: 3 informa lo que también vemos en el libro de Esdras. Las personas que eran lo suficiente mayores que recordaron el templo anterior reconocieron lo inferior del nuevo templo. En otras palabras, el antiguo templo hecho por Salomón era mucho más glorioso en su estructura de lo que pudieron reconstruir después del exilio babilonico. Seguramente que la gente después de años de estar en exilio no regresaron con muchas riquezas. Estoy seguro que eran afortunados de poder reconstruir algo. Pero esta realidad debería haber dicho a las gente una verdad importante: esa esperanza del glorioso reino mesiánico aún no se había realizado. Tu ves, antes del exilio babilonico, los profetas no solo habían profetizado la inminente destrucción y el exilio del pueblo de Dios. También profetizaron que después de que el Mesías vendría y reconstruiría el reino en algo mucho más glorioso que antes. Entonces, cuando las personas recordaban la antigua gloria antes del exilio vieron el templo de inferior construcción que fue construido, sabían que esas profecías aún no se han cumplido. El templo reconstruido y la reconstrucción de Jerusalén no fue más glorioso que antes. La gente necesitaría seguir esperando que el Mesías llegue y estableciera su reino mas glorioso.
Y así es eso lo que Hageo 2 va a reafirmar. Al reflexionar sobre este templo inferior, Hageo continúa con la profecía en 2: 9 que Dios todavía estaba haciendo un templo que era mucho más glorioso que el templo original salomónico. Y cuando lees Hageo allí, puedes pensar que está hablando del templo que acaban de hacer. Una posible lectura de Hageo 2: 9 podría hacer que pienses que Dios está diciendo que va tomar este templo inferior y seguir construyéndolo hasta que sea uno más glorioso que el de antes. Sin embargo, cuando sigues leyendo en Hageo, y cuando alineas el resto de sus profecías con el Nuevo Testamento, te das cuenta de que no es el caso. Hageo va a hablar sobre cómo este glorioso templo vendría en conjunción con Dios conquistando el enemigo del reino de los gentiles (2:22) a través del reino davídico restaurado (2:23), es decir, el Mesías. Además, vemos en la cita dada aquí en Hebreos, de Hageo 2: 6, el glorioso templo no llegaría últimamente hasta después de este futuro temblor. Y así, después del exilio, la gente de Dios comenzó en esfuerzo para reconstruir lo que había sido destruido. Pero la reconstrucción final no estaría completa hasta esta futura destrucción de los cielos y la tierra que Hageo predijo en Hageo 2: 6 y citado aquí en Hebreos 12:26.
Volvamos ahora para mirar a esta futura destrucción. Lo que debemos notar de inmediato en el versículo 26 es que este temblor profetizado ¡no solo temblará la tierra, sino también el cielo! Si están preguntándose cuándo será y a lo que se refiere, déjame sugerir que hay muchos pasajes que hablan en términos similares. Hay profecías del Antiguo y Nuevo Testamento los que hablan de esto. Esto finalmente hace referencia a ese último día climático del Señor. A fines de este tiempo, Jesucristo regresará, y tanto los cielos como la tierra se sacudirán. Entonces habrá un último día de juicio. Luego, los cielos y la tierra actuales pasarán, siendo transformados en un nuevo cielo y una nueva tierra. Eso es cuando la Nueva Jerusalén bajará del cielo y se establecerá en esta nueva tierra. Ese es el Mt. Sion del pasaje de la semana pasada; vendrá entonces y se establecerá cómo nuestra ciudad celestial en esta nueva tierra en el mundo por venir. Allí, tendremos el templo más glorioso; un templo donde el Señor Dios y el Cordero son su templo.
Muchos pasajes te pude señalar esto. Mateo 24 hablando de cómo los cielos y la tierra pasarán, describe cómo temblarán los cielos cuando el Hijo del Hombre regrese al final, viniendo en las nubes. Isaías 34 dice al final el cielo se enrollará como un pergamino y que todo el ejercito de los cielos desaparecerán así como el Señor traerá juicio a las naciones. Isaías 51: 6 dice que los cielos serán deshechos como humo y la tierra se envejecerá como ropa de vestir. 2 Pedro 3 describe cómo el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grandes estruendos, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas, entonces estamos mirando hacia adelante a los nuevos cielos y la nueva tierra, como Isaías 65 y 66 profetizaron. Y esto es lo que Apocalipsis 21 y 22 tan gloriosamente nos pinta para nosotros.
Otros pasajes ciertamente podrían ser referidos. Pero lo que vemos en esas diversas profecías se resumen en el versículo 27. Allí describe el alcance de este “remezón” final al final de este tiempo. ¿Qué será sacudido? ¿Qué se destruirá en ese último día de que Dios venga en Cristo para juzgar el mundo? Las cosas que son movibles. El versículo 27 dice que hay algunas cosas que son movibles y algunas que no son. En otras palabras, hay algunas cosas que soportarán más allá del “temblor” de ese juicio final. Algunas cosas obvias que viene a la mente son como lo que encontramos en Mateo 24:35. Allí, Jesús afirma que el cielo y la tierra pasarán, pero sus palabras nunca pasarán. La Palabra de Dios permanecerá para siempre, incluso más allá del día del juicio. Del mismo modo, Isaías 51: 6 dice que el cielo y la tierra y sus habitantes pasarán, ¡pero la salvación de Dios y su justicia de Dios no pasarán! 1 Corintios 3 habla incluso de nuestras obras realizadas en esta vida por parte de los cristianos. Algunas de nuestras obras pasarán por ese día final de juicio y soportarán y serán recompensadas. Otras obras de nuestras obras no, descritas allí en 1 Corintios 3 como quemadas, como el refinado del oro por el fuego limpiando todas sus impurezas. Pero las buenas noticias allí en 1 Corintios es que nosotros que esperamos en Cristo seremos salvos al final de ese temblor.
Esto se explica más aquí en el versículo 28 diciendo que nuestra herencia entonces como cristianos es éste reino inamovible. En otras palabras, en este sacudón final a fines de este tiempo, todas las cosas movibles son destruidas, pero este reino que hemos recibido soportará. Por lo tanto, al final, en el día final del juicio, cuando el polvo se despeje, seremos salvos. Por la gracia de Dios, los cristianos habitarán con Dios en ese reino inamovible por la eternidad. Ese es el mundo por venir. Eso es lo que ya hemos comenzado a entrar en esta vida, en fe en Jesús.
En una nota aparte, este pasaje de nuevo sugeriría las imágenes que deberíamos desear ser “dejados atrás”. Algunos cristianos sugieren que las imágenes bíblicas hablan en la dirección opuesta, que no queremos ser dejados atrás. Pero al menos aquí, el idioma habla de los cristianos dejados atrás y eso es lo que desearíamos. Cuando Cristo viene en ese juicio final, lo que es movible eso es lo que se elimina. Ese es el lenguaje literal aquí del versículo 27. Las cosas movibles son las que se eliminan “. Las cosas que no son movibles son lo que permanece, literalmente, que “permanecen”. ¡Queremos ser dejados atrás! Para ser dejados atrás, aquí, significa que eres dejado atrás para disfrutar de la nueva creación y este glorioso reino mesiánico duradero. Para ser removido, sería ser tomados y arrojados al fuego del infierno donde el gusano nunca muere y el fuego nunca se apaga.
Espero que veas cómo esta profecía de un futuro temblor se complementa tan bien con lo que vimos en el pasaje de la semana pasada. La profecía de Hageo cita aquí que Dios aún traería un templo más glorioso. Él aún establecería Jerusalén. Pero Hageo dice que no pasará hasta el final. Hasta que el día profetizado por el Señor. Cuando Dios finalmente lo traiga, esto será que finalmente traerá a ese templo glorioso. Pero no será un templo de esta tierra actual. No, es lo que ya se describió en el pasaje de la semana pasada. Lo que ya hemos llegado en la fe es el Mt. Sion y la Jerusalén celestial. Ese es el templo de que habló Hageo. Eso es lo que hemos llegado a conocer en fe. Ese glorioso templo existe ahora en el cielo porque es donde Dios está en el cielo. Al igual que ese reino perdurable existe ahora en el cielo porque es donde está el Rey Mesías Jesús que se sienta reinando ahora en el cielo. Hemos llegado a este templo en uno sentido por el acceso espiritual a ese templo que tenemos aquí y ahora. Y hemos llegado a este reino perdurable por fe y lealtad a su rey, aquí y ahora. Esto es nuestro patrimonio actual. Pero esperamos el temblor final para quitar todas las otras cosa que nos impiden experimentar y gozar de esto completamente.
¿Qué hacemos mientras esperamos? Bueno, seguro, hay varias cosas que hacer mientras tanto. Pero el versículo 28 da una cosa muy apropiada a la luz de todo esto. Dice: “tengamos la gracia, por la cual podemos servir a Dios aceptablemente con reverencia y temor piadoso”. Reflexionemos sobre esa exhortación en la última parte de nuestro sermón hoy. Primero, “tengamos la gracia” es un idioma. Se trata de estar agradecido. Significa “Seamos agradecidos”. Como un tipo de cosas que podíamos decir hoy antes de una “comida” demos gracias y “hagamos una oración agradeciendo a Dios por nuestros alimentos”.
Entonces, el versículo 28 nos llama a servir Dios con agradecimiento. La palabra aquí para “servir” es una palabra de adoración. Este es un servicio en el sentido del servicio sacerdotal en actos de adoración sacerdotal. Ve esta exhortación a la luz de la imaginería del templo que ha estado en este pasaje. Ya hemos llegado al templo celestial que será nuestro por la eternidad después de este último día de temblor y juicio. Entonces, ahora mismo, mientras esperamos la consumación, vivamos como sacerdotes. Al igual que Hebreos nos ha estado diciendo, vivimos ahora como sacerdotes bajo nuestro Gran Sumo Sacerdote. Aquí y ahora vamos a ser acercados en fe cerca a Dios en adoración en asamblea santa.
Me encanta como esto se entrelaza en contraste con el Sinaí. El último pasaje en comparación con la experiencia del Sinaí en cómo hemos llegado a la Sion celestial. Interesantemente, el pasaje de Hebreos dibujó su descripción del Sinaí incluido en Éxodo 19. Allí, Dios dijo algo que en primer lugar probablemente parecía extraño. Mientras aparecía a la gente en el Sinaí, Él dijo que deseaba de ellos ser un reino de sacerdotes. Pero luego dijo que no podían acercarse a Él en el Sinaí. Tuvieron que mantener su distancia y Moisés debería poner un límite alrededor de la montaña para mantenerlos alejados. Eso no parecía tener ningún sentido. ¿Cómo podrías ser un sacerdote y no ser capaz de acercarte a Dios? Pero Moisés honró esto y estableció un límite alrededor de la montaña cómo Dios lo instruyó. Pero luego más tarde en ese mismo capítulo Dios, le dice a Moisés que los sacerdotes no debieran subir a la montaña a menos que se consagraran a ellos mismos. Moisés luego parece un poco confundido. Básicamente le dice a Dios que esto era irrelevante porque Tu nos has dicho que la gente no pudrían subir a la montaña ya que él ya había puesto límites para mantenerlos fuera.
Aquí, ahora, lo que anteriormente parecía confuso, ahora está claro. Dios quería un reino de sacerdotes. Pero no podían ser eso hasta que fueran consagrados. Pero una vez fueran consagrados adecuadamente, entonces podrían acercarse a Dios. Hebreos nos declara que ahora estamos consagrados adecuadamente a través de la fe en Cristo y su sacrificio consagrado para nosotros. Entonces, ¡sirvamos en agradecimiento a nuestro Dios como su reino de sacerdotes!
Y así como este pasaje nos recuerda, hagámoslo con la reverencia y el temor piadoso. ¿Por qué? Porque este Dios es fuego consumidor. Seguramente ese es un recordatorio de nuevo del juicio. Es un recordatorio de que este último remezón al final de este tiempo traerá fuego y juicio a este mundo. Entonces, como aquellos que profesan a Cristo, sigamos creyendo en Él y confiando en Él hasta ese gran día. El abandonar nuestra esperanza ahora sería desastroso. Asimismo, si hay alguien aquí hoy que aún no hayan puesto su lealtad en el Rey Jesús, hágalo ahora. Hereda el reino que no tendrá fin y conviértete en sacerdote real del mas alto Dios. Amén.
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