Con Respecto a este Templo que estás Construyendo.

Sermón predicado en 1 Reyes 6 por el Reverendo W. Reid Hankins durante el servicio de adoración por la mañana en la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad en 8/18/19 en Novato, CA.

Sermón

Rev. W. Reid Hankins, M.DIV.
Traducido por el Diácono Diego Merino
1 Reyes 6
8/18/19

Desde el comienzo del mundo Dios había creado a la humanidad para una gran gloria. Somos gente quien a la imagen de Dios, que mora con Él en un compañerismo maravilloso, que disfruta en conjunto de la bondad de este mundo creado. A su vez, deberíamos alabar y adorar y exaltar a Dios y darle a Él la gloria el honor y la alabanza que Él merece. Acabamos de comenzar a experimentar y vivir esto en Adán y Eva en el jardín del Edén. Sin embargo, desde el principio, la humanidad comenzó en pecado, experimentó un paraíso perdido, y ha estado tratando de volver allí, y más, desde entonces. Pero la historia de la Biblia es que no podemos volver a estar allí por nosotros mismos. Necesitamos que Dios nos redima y nos traiga a ese propósito y compañerismo y gloria que siempre Él destinó para nosotros. 

Tal trabajo redentor de Dios hasta la gloria se ve de diversas maneras entre sus tratos con Israel bajo el antiguo pacto. Se observó especialmente en su presencia entre las personas viniendo primero con el tabernáculo establecido bajo Moisés y luego más con el templo construido aquí por Salomón. Comencemos a continuación a considerar esto como miramos al creador histórico enumerado en verso 1. Allí vemos una referencia que esencialmente dice que el período del Éxodo está finalmente completo. 

Déjame explicar. En el versículo 1, se nos dice que Salomón comienza la construcción del templo dentro de los cuatro años en su reinado. Pero primero se nos dice que esto fue al mismo tiempo 480 años después de que Dios había sacado a Israel fuera de Egipto. Eso probable es una cifra aproximada, ya que 480 años representa doce períodos de cuarenta años que probablemente significaba representar a cada generación. Entonces, mas o menos doce generaciones de que Dios sacara al pueblo de Egipto, es decir, es cuando Salomón comienza la construcción del templo. Date cuenta de que no es normal ver referencias en Éxodo aquí en términos de contabilidad cronológica. La cuenta inspirada de las Escrituras quiere que hagamos una conexión aquí. Parece razonable concluir que esta nota cronológica está marcando ahora una nueva era para la gente de Dios. Aunque por un lado en el tiempo de la época del Éxodo se puede pensar como haber terminado en la conquista de la Tierra Prometida, también podemos pensar en cómo la verdadera finalización está aquí con el templo. 

Piénsalo. Cuando la gente fueron sacadas de Egipto, ¿qué hicieron? Ellos vagaron a través del desierto y lo hicieron en tiendas. Eso es lo que la fiesta anual de tabernáculos – Succot – les recordó. Recordaron que después de que Dios los sacó fuera de Egipto, tenían que vagar como peregrinos y extranjeros. Es por eso que vivieron en tiendas, y también lo hizo Dios. Eso es lo que era el tabernáculo, una tienda. En el camino, Dios siguió recordándoles que los llevaba a un nuevo hogar. Que Dios los iba a establecer en esa Tierra Prometida y darles paz y descanso. Que ellos vivirían en esta maravillosa tierra donde produce leche y miel. Y no solo eso, Dios prometió que cuando finalmente se mudaran a la tierra, que Él luego elegiría un lugar entre ellos para poner su nombre y hacer su habitación (Deut 12: 5). 

Y así, mientras que Israel solo oficialmente vagaba en el desierto en tiendas por 40 años, en realidad era mucho más largo que eso antes de que realmente estuvieran establecidos en la tierra. Piénselo. Cuando Josué conduce al pueblo a conquistar la Tierra Prometida, el problema es mencionado en las Escrituras de que no terminaron el trabajo. Dejaron algunos pueblos malvados en la tierra sin conquistar. Esos pueblos cananeos  restantes llegaron a ser una piedra de tropiezo en el lado de Israel. A lo largo entonces del período de los jueces, el pueblo luchó constantemente con estos enemigos. Y entonces, mientras se establecían en la Tierra Prometida, realmente no tuvieron “descanso” todavía. No fue hasta que Dios levantó a Saúl y luego a David que Israel finalmente conquistó a estos enemigos remanentes. Eso es lo que vimos en el último capítulo. 1 Reyes 5: 3 dice la razón por la cual David no construyó un templo era porque Israel aún no había experimentado descanso y paz en la tierra. No fue hasta que la paz y el descanso de todos sus enemigos finalmente se experimentaron en el día de Salomón de que entonces el templo podría construirse. 

Tu ves, podemos pensar correctamente en ese momento en que el período del Éxodo con ese período de vagabundear que realmente solo llega a finalizar en los días de Salomón. Sí, la gente de Dios se había movido de sus tiendas mucho antes, pero no se habían establecido realmente. No estaban realmente descansando. No hasta este tiempo. Entonces, Dios realmente no había descansado todavía. Pero, ahora en los días de Salomón, el descanso de Dios había venido realmente al pueblo. Entonces es cuando Dios finalmente se mudaría de su tienda a una casa. Es decir, cuando Dios permitiría que se construya una estructura más permanente para Él. 

Entonces, esta referencia cronológica en el versículo 1 al Éxodo marca el cierre de esa era y se mueve a una nueva. Finalmente, la gente de Dios realmente se estableció y descansó. Recuerda y date cuenta de que el Éxodo era una redención. Ese es el lenguaje de las Escrituras, que Dios redimió,  compró a Israel sacándolo de la esclavitud egipcia. Los sacó de esa esclavitud para que pudiera plantarlos en un paraíso relativo y habitar entre ellos como su pueblo especial. Hay una forma real de que estas promesas se habían convertido en un sí y amén en Salomón con la edificación del templo. Esa fue la pieza final del rompecabezas para ponerse en práctica en este paraíso en la tierra, la presencia de Dios se estableció en una casa permanente y colocada entre el pueblo. 

Entonces, si la construcción del templo trajo a una finalización de la época pasada del Éxodo, date cuenta de que también representa el comienzo de una re entrada en el paraíso. En otras palabras, en nuestro segundo punto para hoy, quiero que reconozcas todas las imágenes del Edén que se encuentran aquí en este templo. Mientras vimos, hay muchos detalles mencionados aquí sobre la construcción del templo. Un aspecto que se debe haber notado es que hay muchas referencias a los árboles, las flores y los querubines. Tomado todo junto, estaríamos en lo correcto para recordar el Jardín del Edén. Edén fue un paraíso y seguramente los árboles y las flores recuerda eso. Pero fue un paraíso que se perdió y Dios instala querubines  para proteger la entrada al jardín para que Adán y Eva no pudieran regresar allí. Entonces, estas son imágenes de ambas cosas en crecimiento con el querubín apuntándonos de regreso al Edén. Esa imagen estaba presente de algún modo con el tabernáculo, pero es especialmente dominante aquí en el templo. 

Bueno, es apropiado que el templo debe pintar al Edén. El templo de muchas maneras refleja lo que el Edén era un lugar donde el hombre disfrutaría de la bendita presencia de Dios. Allí, en el jardín, Dios caminó con Adán y Eva y habló con ellos. Fue un momento de dulce comunión entre Dios y el hombre. ¡Eso es por lo que el hombre fue hecho! Y así, por un lado, la humanidad perdió lo que teníamos en el jardín. El pecado es la razón por la que lo perdimos esto. Pero desde entonces, Dios estaba ejecutando su plan para redimir a un pueblo de regreso a dicho paraíso y con dicha comunión. Aunque no era perfecto aún en este sentido, el templo es un camino hacia eso. Se trata de la presencia de Dios que se pone en la tierra, entre su pueblo, con adoración que facilitó la comunión del hombre con Dios. Por lo tanto, es apropiado que el templo se adorne con dichas imágenes edénicas. 

Y sin embargo, tan maravilloso como fue, sería prudente señalar que este templo solo representa un comienzo en esta re entrada en ese paraíso por parte de Dios. Piénselo. Solo piensa en la existencia de estos querubines. ¡El propósito de ellos en el jardín antes era mantener fuera al hombre de ese paraíso (Gen 3:24)! Si, estos querubines pudieron servir para recordarle a la gente de Dios de su pecado y su falta de acceso a Dios. Pero si eso no ayudó , recuerda que la mayoría de las personas de Israel nunca podrían ver la plenitud de la gloria de este templo. Como antes con el tabernáculo, también con este templo, la persona cotidiana no podría entrar. Vemos aquí que había tres secciones principales del edificio actual. Primero estaba el vestíbulo por el verso 3, que básicamente era un pórtico cerrado. Luego tienes la sala principal del templo, a la que se hace referencia en el versículo 3 como el santuario de la casa, lo que también se podría traducir del hebreo como el palacio de la casa. Pero esto hubiera sido el equivalente al Lugar Santo en el Tabernáculo. Eso hubiera sido un lugar en que solo los levitas podrían haber ido, no la persona común. Luego, en la parte posterior de esa sala principal, tenías el santuario interno, conocido como el Lugar Santísimo, verso 16. Ahí es donde el arca del pacto residiría. Ahí es donde esos enormes querubines de madera estarían que seguramente enfatizaría que esto generalmente fue el lugar sin limites. De hecho, que el santuario interno solo fue accesible por un humano una vez al año y solo por el sumo sacerdote con muchos sacrificios. 

Y así, piensa en el hecho de tener este capítulo bastante largo que describe todos los vistosos adornos de este templo. Tal vez cuando leamos esta descripción detallada, es posible que hayas tenido un deseo de haber vivido en ese entonces, y que podrías haber estado allí y visto por ti mismo. Sin embargo, si hubieras vivido en ese entonces probablemente no hubieras podido ver tanto de lo que leemos hoy. Para la mayoría, esto es lo más cercano en que alguna vez podrán ver las cámaras internas del templo. El punto es que sí, este templo representa una gran bendición de la presencia de Dios en la tierra entre su pueblo, y de alguna manera comienza a traer a la humanidad a un paraíso con una clase de comunión con Dios, aun así seguramente es solo un comienzo de tal comunión. 

Sin embargo, incluso si solo es un comienzo, todavía era algo maravilloso que la presencia de Dios se encuentre entre la gente como esta. En nuestro tercer punto para hoy, me gustaría ver cómo el templo de Salomón aquí representaba un punto de gloria hasta una gloria aún más grandiosa entre Israel. Observando luego las siguientes palabras de versículos 11-13. Allí vemos la descripción de la construcción el templo interrumpido para hablarnos de la palabra del SEÑOR a Salomón. Allí, en medio de este capítulo sobre el edificio del templo Dios le dice a Salomón que Él estará en medio de su pueblo. El versículo 11 conecta esa presencia con las personas con el templo. Eso es lo que representará este templo entre Israel – la presencia de Dios entre Israel en la Tierra Prometida. Date cuenta, que si Dios no había bendecido a Israel, todo el esplendor de esta construcción del templo no tendría sentido. Piensa en eso en general. Cuántos templos paganos se han construido a través de las edades; con estructuras floridas y hermosas que son francamente un desperdicio porque son hechos para dioses que no existen. Pero el templo de Salomón no solo fue hecho para el Dios que existe, pero este Dios prometió estar presente allí en ese templo. 

Y así, esto encaja en este cambio a una nueva era en la historia redentora en que el templo está diseñado más gloriosamente que el tabernáculo. El templo es significativamente más grande que el tamaño del tabernáculo. Hay mucho más oro en el templo. Su relativamente  permanencia es ciertamente una cosa de una mayor gloria. La presencia de Dios está siendo fija y establecida aquí tan maravillosamente entre el pueblo. 

Y sin embargo, en medio de tal gloria a una mayor gloria, debemos tener en cuenta que las palabras de Dios en los versos 11-13 están puestas condicionalmente. Similar a lo que encontramos en el pacto davidico en 2 Samuel 7, la promesa de Dios de su presencia en este templo está condicionada a que el rey mantenga el pacto. Curiosamente, aunque a menudo pensaríamos en el mantenimiento del pacto como obligación para las personas en su conjunto, aquí se coloca directamente a Salomón. La gramática es muy específica en los versículos 11-13, es la segunda persona singular. Dios habla directamente a Salomón. Las condiciones que Dios menciona se están poniendo de manera específica. El peso de todo el reino y todas las personas se ponen sobre él. Si él, Salomón, camina en los estatutos de Dios, ejecuta sus juicios, mantiene todos sus mandamientos, y camina en ellos, entonces la presencia de Dios continuará entre el pueblo y en este templo que Salomón construyó. ¡El peso del mundo, o al menos Israel, se estaba colocando sobre los hombros de Salomón aquí por Dios! ¿Podría Solomon hacer esto? ¿Podría mantener este pacto para sí mismo y para su posteridad? ¿En que falló Adan para poder hacer esto? E incluso si Salomón lo hizo, ¿sus sucesores también continuarían haciéndolo ? 

Bueno, la realidad es que sabemos que incluso Salomón luchó y tropezó en este sentido. Es solo por la misericordia de Dios que la presencia de Dios permaneció siempre mientras lo hiciera en el templo de Salomón. Por un rey tras otro que sucedieron, Salomón también luchó de diferentes maneras para mantener el pacto cómo deberían haberlo hecho. Profeta tras profeta les advirtieron, pero todavía fallaron. Finalmente, la paciencia y misericordia de Dios llegarían a su fin. Entonces, casi 400 años después, leemos en Ezequiel 10:18 de la gloria de Dios alejándose del templo. Entonces Dios abandonaría a Israel. Él los entregaría a sus enemigos. En 587 AC, Dios permitió a los babilonios destruir este templo que Salomón construyó. 

Sin embargo, Dios prometió una reconstrucción posterior del templo. Varios profetas hablaron que Dios más tarde reconstruiría el templo y sería más grande que el anterior. El mismo profeta Ezequiel que profetizó la gloria abandonando el templo de Salomón, continúa con la profecía de la gloria que regresaba a un templo nuevo y mucho más glorioso que el templo de Salomón. Sin embargo, claramente, tal templo nunca ha sido construido por las manos desde entonces. Después de que la gente regresara del exilio, ellos reconstruyeron un templo, pero no era tan glorioso como el de antes. E incluso después de que Herodes  logró mejorarlo drásticamente, todavía no era de lo que hablaban los profetas. De lo contrario, Jesús no habría aceptado la alabanza de los discípulos en Marcos 13 por una profecía que también podría ser destruida. 

No, el templo mucho más glorioso que los profetas predijeron es bastante  mucho mejor que un templo hecho con las manos. Mas bien, es el templo que el Rey Jesús ha hecho y está haciendo. Un templo en el que Él es la piedra de fundación y la piedra angular . Un templo en el que nosotros, la gente de Dios, son las piedras que lo forman. Es un templo espiritual, lo que es apropiado para la presencia de Dios quién Él mismo es espíritu y no carne. 

Y si los versículos 11-13 requieren la seguridad de la presencia perdurable de Dios por el mantenimiento del pacto del rey, podemos descansar seguros de la presencia perdurable de Dios entre nosotros. Nunca necesitaremos temer el perder la presencia divina si el Rey Jesús es nuestro rey. En el Rey Jesús, y no en el rey Salomón, serían las promesas del pacto davidico que se mantendrán y asegurarán para toda su posteridad. ¡Eso es nosotros! Nosotros en Cristo tenemos la seguridad de la presencia divina, debido a la justicia perfecta de Jesucristo. 

Entonces, vamos cada uno de nosotros que estamos seguros en Cristo por fe. Y luego miremos con nuestros ojos de la fe este mas glorioso templo que Dios en Cristo nos está haciendo. Caminemos el paso con su gracia, no resistiendo al Espíritu Santo en su trabajo en nosotros como piedras vivas. Vamos a caminar el paso con su trabajo santificador en nuestros corazones mientras que nos está adornando a su semejanza (Efesios 5:27). 

Qué pensamiento tan maravilloso que obtenemos de este pasaje. Si este pasaje muestra un templo hecho con manos tan bellamente adornados,  ¡piensa en la hermosura que Dios está haciendo de este templo hecho sin las manos del hombre! ¡Él nos está haciendo hermosos! Piensa en esto. ¿Qué es más hermoso? ¿Piedras estampadas con árboles y flores y ángeles? O ¿almas estampadas con la imagen restaurada del Dios invisible? He aquí una vez más en fe el trabajo de Dios en tu vida. Él nos está llevando de gloria a una gloria aún mayor ya que nos prepara para una eternidad para morar con nosotros en la edad por venir en un paraíso recuperado con almas perfeccionadas en Cristo. Amén. 

Copyright © 2019 Rev. W. Reid Hankins, M.DIV. 

Todos los derechos reservados.

Share

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.