El Señor que Estaba Sobre el Altar

Sermón predicado en Amós 9:1-10 por el Reverendo W. Reid Hankins durante el servicio de adoración por la mañana en la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad en 1/21/2018 en Novato, CA.

Sermón

Reverendo W. Reid Hankins, M. Div.
Traducido por el Diácono Diego Merino
Amós 9:1-10
1/21/18

“El Señor que Estaba Sobre el Altar”

Los paganos le habían sacados sus ojos. Le habían atado en cadenas. Después de muchos días lo llevaron al templo de su dios falso. Allí los paganos se burlaban de él como celebrando fiesta. Por supuesto hablo de Sansón, el juez. Los filisteos finalmente lo habían conquistado cuando él había revelado el secreto de su fuerza representado en la longitud de su cabello. Así pues, los filisteos habían cortado su pelo y lo capturaron. Entonces tuvieron este gran festival religioso o fiesta a sus expensas. Sin embargo, deben no haber notado que su pelo había comenzado a crecer. Probablemente no pensaron mucho el hecho de que en su ceguera pidió al muchacho que se le había sido asignado a dirigirlo para poner sus manos en los pilares del templo. Sansón dijo que era solo para que él pudiera apoyarse en ellos. Pero es cuando oró a Dios que Dios regresara a él por una última victoria sobre los filisteos. Y Dios escuchó la oración de Sansón y le dio lo que pidió. Sansón empujó con todas sus fuerzas contra los dos pilares y todo el templo se vino abajo sobre todos los filisteos.

Bien, así que ¿por qué empecé con esa historia? Pues bien, hoy llegamos a la quinta y última visión que recibió Amós. Y la visión de Dios es acerca de destruir Israel con imágenes que recuerda a cómo Sansón destruyó a los filisteos. Y hoy miramos esta visión final y ver la naturaleza y el alcance de su juicio sobre Israel. Así como empezamos, ten en cuenta la progresión aquí con las visiones de Amós. Las dos primeras visiones amenazaron con juicio, pero Dios terminó dando misericordia; las dos visiones anunciaron que había terminado la misericordia de Dios para Israel, y el juicio era inminente. Ahora, en esta última visión, Amós ve el juicio tomando lugar.

Y así comenzamos en el versículo 1. En la visión Amós ve al Señor de pie por el altar. Cómo Amós podía ver al Dios invisible, no se nos dice, aunque curiosamente utiliza la palabra adonai en hebreo, no Yahweh, en el versículo 1. Por lo tanto, debe haber sido algún tipo de visión de Dios en forma corporal. Y así, él ve al Señor de pie por el altar. ¿Que altar? ¿El uno en Betel? ¿O en Dan? Seguramente no el que está en Jerusalén. Pero le recuerdo que él está viendo una visión, por lo que no es necesariamente un lugar geográfico real que ve Amós. Pero hay un altar y el Señor está de pie en el. Es la imagen de un templo, por este anuncio que el Señor trae en la visión. El Señor llama a los pilares ser golpeados en su parte superior, en sus capitales. El resultado será que la fundación sea zarandeada, y todo el templo se derrumbaría sobre toda la gente.

El hecho de que se trata de una visión, y no una grabación de video de la historia, significa probablemente que debemos entender esto como un juicio que representa a toda la nación de Israel. Versículo 8 habla de la sentencia que se describe en este pasaje como contra toda una nación, y en contexto es Israel. Así, en la visión Amós ve al Señor derribar un templo sobre toda la gente. Seguramente, no es un templo específico en Israel ser destruido, puesto que tenían múltiples templos. Pero es representativo de todo el sistema de la nación de adoración pervertida que viene estrepitosamente sobre ellos. A lo largo de estas líneas, encuentro diciendo que se podría describir un templo en la visión como viniendo abajo sobre toda la gente. Si hubiera sido una visión del templo legítimo en Jerusalén, el derrumbe del techo del templo no habría afectado a muchas personas, porque en ese templo, el pueblo y el altar estaban en el patio. Sólo los sacerdotes irían dentro del templo físico. Y así, las imágenes del templo en esta visión se parece mucho más al templo filisteo pagano que Sansón destruyó, que podría tomar a todos sus seguidores al mismo tiempo. El reino del norte había rechazado el altar legítimo y el templo de Jerusalén. Habían comenzado a incorporar la idolatría y otras prácticas paganas en su adoración. Ahora su fin viene sobre ellos, todo su culto pervertido se derrumbaron sobre ellos.

Hice referencia a Sansón porque en ese entonces la destrucción del templo era contra paganos gentiles. Podemos apreciar por qué Dios permitiría a Sansón tener esa victoria. Sin embargo, con esta visión, vemos a Israel sufrir una derrota similar, aunque en un ámbito aún más destructivo. Sin embargo esto es lo que Israel había llegado a ser. Como vimos en el capítulo 3, versículo 2, Dios les había dicho que eran especiales entre todas las naciones. Que eran conocidos en medio de todas las naciones. Y sin embargo, en su perversión de la adoración verdadera, habían comenzado a parecerse a las naciones paganas. Dios ahora los estaba tratando de esa manera. Es una idea similar a lo que vemos en el versículo 7. Allí Dios hace comparaciones con Israel y las otras naciones. Él compara a los etíopes que fueron pueblos geográficamente lejanos y relativamente insignificantes como pueblo. Luego específicamente menciona a los filisteos con los sirios y describe cómo Él los había traído de otros lugares de sus actuales viviendas, similarmente a cómo había sacado a Israel fuera de Egipto. El punto es a decir que a pesar del patrimonio especial de Israel con Dios, no podían presumir sobre eso. Al final, si iban a actuar de manera pagana como todas las naciones, Dios trataría con Israel como a todas las otras naciones también. Ese era el punto al principio del libro de Amós también cuando después de dar los oráculos de juicio contra siete naciones, Él luego dio un juicio a las naciones contra Israel. En su culto pervertido que se habían vuelto como las otras naciones, Dios traería juicio sobre ellos como a las otras naciones. Realmente, en todo caso, su anterior lugar de privilegio con Dios significa que llevaron un juicio peor sobre ellos.

Me gustaría hacer una pausa y dar alguna esperanza del evangelio aquí. He apuntado anteriormente en cómo Dios destruyó a paganos filisteos en su propia casa de adoración. Aquí hemos visto cómo Dios estuvo para destruir estrepitosamente a Israel por traer su adoración pervertida. Me gustaría continuar con esta imagen en una maravillosa declaración de Jesús a cerca del evangelio. Jesús dijo, “Destruid este templo y en tres días Yo lo levantaré.” Cuando dijo eso, la gente pensó que Él estaba hablando del templo judío en Jerusalén. Pero realmente estaba hablando de Él mismo. Él tomó el juicio ilustrado aquí en Amós, en su propio cuerpo como un templo en la cruz. Él tomó esto, para pagar la penalidad por el pecado, para los que vienen a Él serían salvos. Lo hizo, no solamente para perdonar a su pueblo de sus pecados. También lo hizo para que su pueblo salvado podría adorar a Dios correctamente. Porque su templo no quedó destruido. Él tenía el poder de ofrendar su vida y el poder de tomarla de regreso otra vez. Al tercer día resucitó y trajo su pueblo a Dios, para adorarlo correctamente en Él!

Vamos a pasar a nuestro segundo punto de hoy y ver una parte correspondiente de la presente sentencia. En esta visión, Dios dice que no habrá supervivientes. Esto es narrado en gran detalle. En el versículo 1, Dios dice que si alguno escapara de este templo cayendo sobre ellos, va a matarlos con la espada. En el versículo 2, hablando algo hipotéticamente, dice aún si subieren hasta el cielo de allí los hará descender, aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano. En el versículo 3, habla de extremos terrenales, diciendo si huyen a las cumbres del Monte Carmelo o al fondo del mar, no escaparán de cualquiera de esos lugares tampoco. Podrías imaginar si Dios usó a una nación para ataca a Israel, algunos podrían intentar huir a las montañas o los océanos, pero que todavía no escaparán del juicio de Dios. En el verso 4, dice que incluso si fueren capturados y llevados al exilio, Dios todavía no les permitirá escapar – aunque incluso si fueren en cautiverio allí le enviará la muerte. En otras palabras, estas referencias muestran que no habría ninguna salida para estas personas que estaban bajo juicio de Dios. No hay lugar donde puedan esconderse de este juicio. No habría ningún escape.

Versos 5-6 dan un fragmento de un himno que alaba a Dios. Algunos han especulado que esto era un himno que Israel conoció y cantó para sí mismos, pero ahora el profeta lo usa contra ellos. El himno describe un Dios Todopoderoso. Este Dios Todopoderoso es descrito en el versículo 6 como el que puede afectar a cielo y tierra. En el versículo 5, Él puede actuar para traer gran confusión a este mundo. El poder del Señor es lo que le permitirá acabar con los israelitas. Este poderoso Dios ve todas las cosas y controla todas las cosas. Por esta razón no habría escapatoria, no hay escondite para Israel. Todo esto está relacionado con la omnipresencia de Dios, como lo leemos en el Salmo 139, que habla positivamente de la presencia de Dios, que Él está en todas partes; en el cielo, en el Seol, en las profundidades del mar; por todas partes. Eso es bueno si estás en una relación correcta con Dios; es malo para aquellos bajo el juicio de Dios.

Una vez más, esto es traído la última vez en los versículos 8-10. Los ojos del Señor están sobre el reino pecador, versículo 8. Ojos que habían dicho anteriormente en el versículo 4 estaban sobre Israel, no para bien sino para su mal. Versículo 10, todos los pecadores de su pueblo morirán por la espada. Cuando pensamos en las Escrituras sobre los ojos de Dios en alguien, generalmente pensamos como algo bueno. Como en la bendición de Aarón, habla del rostro de Dios brillando su rostro sobre su pueblo en bendición. Pero no aquí. Aquí, sus ojos verán todas y cada una de estas personas que Él ha marcado para el juicio. Él los encontrará dondequiera que vayan y los destruirá. Aunque los seres humanos a veces pueden evadir a los hombres con delitos secretos, Dios siempre ve. Eso es lo que Dios ha dicho aquí sobre Israel. No escaparán.

Como otra aplicación del Evangelio, ¿que debemos los seres humanos hacer como culpables del pecado? ¿qué puede hacer el culpable si no hay lugar para ocultarse, sin refugio en el Dios justo y poderoso que castiga el pecado? Bueno, recuerdo los salmos que describen a Dios como un escondite. Salmo 32:7, el salmista dice a Dios, “tú eres mi escondite; Tu me preservarás de la angustia; Tu me rodearás con cánticos de liberación.” Ante el terrible juicio de Dios, los pecadores deben dejar de intentar huir de Dios. Es una tendencia natural, si sabes que eres culpable. Si eres un criminal cometiendo un crimen y aparece la policía, tu tendencia natural es tratar de huir. Pero en el juicio de Dios, eso sería inútil. Los pecadores culpables en su lugar necesitan correr hacia Dios en arrepentimiento. Afortunadamente, Dios en este momento ofrece gracia a todos los que viene en fe y arrepentimiento a Cristo Jesús. No hay ningún otro lugar de escondite para los pecadores. Ningún otro tipo de refugio del juicio de Dios. Pero alabado sea Dios que existe todavía la gracia para aquellos que se humillan, admiten sus muchos pecados y reciben las ofertas de Dios de perdón, ahora, mientras haya todavía tiempo. ¡Deja que Dios sea tu escondite en Cristo!

Volvamos ahora en nuestro tercer y último punto para hoy y ver lo bueno de un remanente mencionado en este pasaje. Esto se revela en el versículo 8 y es una muy buena noticia después de lo que consideramos. Sólo habíamos considerado cómo ninguno escaparía a este juicio de Dios. Sin embargo también habla aquí cómo algunos se librarían. La manera en que se reconcilia parece es que la nación de Israel está bajo juicio. Los descritos en el versículo 10 como los pecadores del pueblo no habrá forma de que escapen. En términos similares, el versículo 9 habla de cernir lo que está sucediendo. La traducción de la NVI obtiene las imágenes al revés, yo creo. Habla que ni el más pequeño grano caerá a la tierra. La palabra para grano debería ser traducida como piedrecitas; es su traducción literal. Creo que la idea es que las piedrecitas están atrapadas en el cernidor y los granos caen al suelo. Las piedrecitas son ésos que Dios ha decidido destruir en juicio en medio de Israel. Estos “pecadores entre la gente”. Ellos son los que no se escaparán; serán cogidos como las piedrecitas en el cernidor. Pero habrá un remanente que se salvará, y se asemeja al grano que lo hace a través del cernidor. Aunque en lugar de ellos se ponga en una bolsa de grano, Dios les esparcirá a través de las naciones. Es donde el remanente va a terminar después de que Dios destruya a Israel.

Así que, obviamente, Dios está haciendo alguna distinción aquí entre Israel. Habrá algunos que opta por destruirlos por completo y para ellos no habrá ningún escape. Pero habrá algunos que se salvarán como un remanente, y ellos seguramente serán salvos. El versículo 10 parece definir a aquellos bajo el juicio como los que han rechazado las advertencias del profeta, y que tienen ellos su propia justicia cuando no la tienen. Seguramente, aquellos a quienes Dios preservaría son aquellos que han permanecido fieles al Señor a través de la humilde dependencia en su gracia y misericordia. Y aún en el proceso de ellos ser preservados como un remanente, seguramente, Él usara esto para crecer y castigarlos al crecer y castigarlos según sea necesario.

Me parece esto interesante en que va a preservar un remanente como este, que Dios primero los dispersaría en todo el mundo. Correcto, es lo que vimos en el versículo 9. Dios cernirá el remanente sobre todas las naciones. Pienso en como se encuentran los granos dispersos por todo un campo. Dios estará poniendo su remanente en todo el mundo. Cuando se abre el Nuevo Testamento, es lo que encontramos. El pueblo de Dios había sido dispersado. Fue la diáspora judía. Pero a partir de ahí Dios los reunirá para llevarlos a Él y a su reino. Vamos a ver más de eso reuniéndolos de regreso en el pasaje de la semana siguiente en Amós. Hablaremos más acerca de la reunión en aquel tiempo. Pero note cómo es lo contrario de ésos bajo juicio. Al igual que aquellos bajo el juicio no pueden ir a algún lugar que Dios no los puede encontrar para juzgarlos; así también con el remanente. No hay ningún lugar que el remanente pueda terminar que Dios no pueda verlos o encontrarlos y salvarlos. Dios no perderá ninguno de estos dispersores en medio del remanente.

Esto es interesante cuando pensamos cómo Dios está dispersándolos entre los paganos. Si Israel no escapó del juicio de Dios, sabemos que las naciones paganas no lo harán tampoco. Es cómo empezó el libro de Amós, anunciando juicio sobre las naciones. Sin embargo, es donde Dios estuvo esparciendo el remanente. Al principio, esto puede parecer contra intuitivo. ¿Por qué tomar el remanente de un lugar bajo el juicio solamente para ponerlos en otro lugar que también seguramente recibiría el juicio de Dios?

Sin embargo, seguramente muestra el maravilloso plan de Dios. Nos podemos preguntar de una manera similar, que si Dios va en definitiva recoger nuevamente este remanente de todas formas y salvarlos, por qué Él incluso se molestarían a dispérselos en primer lugar; mucho menos entre las naciones pecaminosas como acabo de mencionar. ¡Bueno, seguramente es por lo que pueden traer salvación a estas naciones! Pensemos en el beneficio de esto a la luz de la venida de Cristo. Cuando el tiempo que Cristo venga, ya las naciones se preparaban para su venida a través de la existencia de la diáspora judía. Recuerde lo que se observa en hechos 15, que durante muchas generaciones, Moisés había sido predicado en todas las ciudades, con las escrituras de Moisés, leídas en las sinagogas cada sábado. ¡Por supuesto, Jesús dijo que Moisés habló de Él! Por lo tanto, piensa en ello. Por Dios esparciendo este remanente por todo el mundo, las Escrituras del Antiguo Testamento comienzan siendo enseñadas alrededor de todo el mundo. Esto no quiere decir que los israelitas eran los más proactivos en su evangelismo en ese tiempo. Sin embargo, claramente era algo de fruto que venía. Vemos en el Nuevo Testamento que hay un número de gentiles temerosos de Dios que habían sido enseñados del Señor como resultado de esta diáspora judía. Por lo tanto, fue sin duda un beneficio del remanente israelita ser dispersos, incluso antes de que Jesús viniera.

Una segunda ventaja de esta dispersión judía es lo que sucede después de que Jesús va de regreso al cielo. Jesús, por supuesto, envía a sus discípulos a las naciones con el evangelio. ¿Y donde los primeros misioneros comienzan su predicación? Por lo general ellos comenzaría en las sinagogas judías que fueron repartidas a lo largo de las naciones. Aquellos que se convierten se convertirían en los primeros Cristianos en las ciudades gentiles. Luego llevarían el mensaje a los gentiles en esas ciudades, y el resultado sería iglesia plantadas de judíos y gentiles. Así, por Dios esparciendo el remanente en este tiempo de juicio israelita, también sentó las bases para una exitosa expansión del evangelio después de la venida de Cristo.

¡Me encanta la sabiduría y el plan de Dios en todo esto! En un pasaje que describe tal juicio que Dios traía a apóstatas bajo el antiguo pacto, todavía estaba trabajando sus planes de redención. Los planes han seguido ahora como un pueblo disperso a llevar el evangelio a las naciones. Y ahora, piensa en cómo funciona esto aquí y ahora. Vivimos en estos últimos días, cuando el final de todas las cosas han sido inaugurado, pero no consumado. Nosotros ya hemos sido reunidos como los santos en Cristo. Y sin embargo, la reunión no es completa. Por esta razón nos hemos reunido sólo en Cristo en un sentido. Espiritualmente nos hemos reunido en Cristo. Esto se ve exteriormente como nos reunimos en la iglesia para la adoración y compañerismo. Sin embargo, todavía vivimos dispersos. Todavía vivimos dispersos por todo este mundo junto a las personas que están bajo la condenación y el juicio de Dios. No nos hemos todavía reunido como salvados de Dios en gloria. Y esto es por lo que podemos participar en este trabajo de reunión. Seguimos llevando el evangelio a las naciones. Seguimos llamándolos fuera de este mundo a la iglesia de Jesucristo. Seguimos hablándoles de Cristo y su salvación. Que puedan renunciar a sus idolatrías paganas e inútiles formas de culto, para venir al Dios vivo y verdadero. Que se unirían con nosotros como los redimidos del Señor, entrando en la Sión celestial, adorando en un templo no hecho con las manos, ni con cualquier mano que puede destruirlo. Venimos adorando en el que aun construye su templo de santos hasta ese día final. Entonces Él nos conducirá al final de este siglo malo. En aquel momento, ninguno escapará el juicio de Dios que están destinados para el juicio. Pero en aquel mismo momento, ninguno de los escogidos de Dios será pasado por alto, cuando Él nos reúna y nos salve para la gloria.

Y así, con esa esperanza, os dejo con las palabras de Pedro en 2 Pedro 2:9, “sabe el Señor librar de tentación a los piadosos y reservar a los injustos para ser castigados en el día del< juicio". Amén. Copyright © 2018 Reverendo W. Reid Hankins, m. div. Todos los derechos reservados.

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