Con Respecto al Cesacionismo: Apóstoles y Profetas del Nuevo Pacto

Sermón predicado en Efesios 2:11-3:13 por el Reverendo W. Reid Hankins durante el servicio de adoración por la mañana en la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad en 2/25/2018 en Novato, CA.

Sermón

Reverendo W. Reid Hankins, M. Div.
Traducido por el Diácono Diego Merino
Efesios 2:11-3:13
02/25/18

Apóstoles y Profetas del Nuevo Pacto

Hoy continuamos una miniserie de tres semanas abogando el cesasionismo. Cesasionismo es la doctrina donde los dones sobrenaturales de la profecía, las lenguas y sanidades han cesado con el cierre de la era apostólica. En otras palabras, no esperamos que los cristianos posean esos dones mas. Este es sin duda un desafío como pastor para tratar de manejar este tema en tres sermones expositivos porque esta doctrina no viene con unos pocos textos de prueba en las Escrituras. Por el contrario, la doctrina de cesasionismo es buena y una consecuencia necesaria que viene en como estudiar las Escrituras. En otras palabras, diferentes pasajes de la Escritura cada uno contribuyen de diferentes maneras al tema lo que nos mantiene apuntando a una posición cesacionista. Por lo tanto, no soy capaz de realizar un caso exhaustivo de esto en tan sólo tres sermones. Dicho esto, lo que espero lograr es establecer los principios importantes en las Escrituras que están involucrados en una posición cesacionista. Esto te ayudará a notar esta doctrina más en tu propia lectura personal de la Biblia también. Hoy entonces, quiero hablar sobre apóstoles y profetas del nuevo pacto. Quiero argumentar que jugaron un papel fundamental en el nuevo pacto, en última instancia en la formación del canon de Nuevo Testamento. Por lo tanto, no esperamos recibir nueva revelaciones o profecías, o bien en la forma de un libro como la Biblia, o en personas que reciben “palabras” personales del Señor.

Entonces, hoy especialmente buscaremos en el capítulo 2, versículo 20. Nota conmigo primero habla de una fundación. Esto es parte de una metáfora para la iglesia. Como se explica más en el verso 21, la iglesia se está construyendo como un templo para el Espíritu Santo. Usando la metáfora del edificio, recordemos que los edificios tienen cimientos. Eso es lo que el versículo 20 es. La fundación es clave. Todo el edificio debe ser construido y descansar sobre esa base.

Bueno, la piedra angular de esta fundación, se dice es Jesús. Para Pablo decir eso, conecta este pasaje con muchos otros pasajes similares en el Nuevo Testamento, que a su vez cita el Antiguo Testamento para establecer que el Mesías es una piedra fundacional para el reino de Dios. Dios edificó su pueblo en el Mesías. Por ejemplo, 1 Pedro 2:1 cita a Isaías 28: 16 y dice que Jesús es la piedra angular sobre la cual el pueblo de Dios es construido, siendo construido como una casa espiritual fundad en Jesús. Y por lo tanto, el verso de hoy nos recuerda a los cristianos que nuestra fe se basa en última instancia en la persona y obra de Jesucristo. Es por ello que hacemos gran énfasis acerca de Jesús que realmente se levantó de entre los muertos. Si Él realmente no se levantó de entre los muertos, entonces la fundación de nuestra fe se destruiría. Pero desde que Él se levantó de entre los muertos, sabemos que eso es la fundación para nuestra fe cristiana, porque el evangelio nos dice que es fundacional saber que Cristo pagó por nuestros pecados en la cruz. ¡Y nuestra esperanza de resurrección como Cristo es la fundación!

A partir de esto, les recuerdo de las palabras de Pablo en 1 Corintios 3:10-11. Allí habla de su trabajo como un apóstol en la colocación de la fundación; pero luego clarifica. Él dice que ningún otra fundación puede ser puesto mas que Jesucristo. Del mismo modo, en Gálatas 1:8, Pablo dice incluso si un ángel diera un evangelio contrario a lo que él ya ha predicado, tal persona sea anatema. Ves, esta es la importancia de poner una fundación. Tu pones la adecuada y edificas sobre esto. No puedes seguir poniendo nuevas o diferentes fundaciones. Tu no te puedes imaginar sucediendo esto en términos de construcción. En un edificio, sólo puedes tener una fundación, de otra manera lo que tu tienes, no es una fundación. Es algo único a cerca de una fundación.

Y sin embargo, a pesar de que he señalado a Cristo como la fundación aquí, nuestro pasaje específicamente dice que Él es la piedra angular de la fundación. El versículo 20 habla realmente de la fundación que es la de los apóstoles y los profetas. ¿Cómo pues son parte de esta fundación? Bueno, como ya he mencionado en el pasaje de 1 Corintios 3, Pablo dice que él como apóstol es el que está sentando las bases de Cristo para la iglesia. Pero eso no dice lo suficiente. Capítulo 3, versículo 5, nos da una visión un poco más clara. Ese versículo habla de la revelación. Allí tiene en mente un punto específico de la revelación, muy relevante para el contexto de este pasaje. Habla de la revelación de los gentiles convirtiéndose en uno con los judíos en la iglesia de Jesucristo. Pero nota en 3:5 quien recibe la revelación. ¡Dice estos mismos apóstoles y profetas! Y entonces nota lo que hacen con esto en 3:9. Lo traen a la luz. Los apóstoles como Pablo, junto con los profetas, recibieron revelación para la iglesia que fue la fundación para la nueva iglesia del pacto. Luego entregaron esta revelación, trayéndolo a la luz, proclamándolo al mundo. Entonces, la iglesia está construida sobre esta revelación que ellos revelaron. En última instancia, la revelación que recibieron y que revelaron era acerca de Cristo y así tiene sentido que Pablo habla de Cristo como la piedra angular de esta fundación en donde los apóstoles y profetas se cimientan.

Entonces, este es nuestro primer punto. Reconocer esta fundación. Nota lo que la fundación es. Es un enfoque en Cristo y es un enfoque en la revelación. Por supuesto, en otro lugar la Escritura dice repetidas veces que toda revelación está centrada en Cristo. Esa es nuestra fundación: Cristo revelado. Así, el punto es que nuestra fundación para la iglesia es la revelación recibida y entregada acerca de Cristo y su evangelio bajo el nuevo pacto. Y son los apóstoles y profetas que nos han dado esta revelación. Ellos entregaron la fundación a la iglesia bajo el nuevo pacto.

Esto nos lleva a nuestro segundo punto. Habiendo reflexionado acerca de la fundación, quiero explorar a continuación en el verso 20 para pensar más acerca de estos apóstoles y profetas. Vamos a empezar con los apóstoles. Un apóstol era un mensajero especialmente enviado por Cristo en su nombre y con su autoridad. Cuando pensamos en la oficina del apostolado, es típico pensar de los doce discípulos originales que luego se convierten en apóstoles. Vemos en Hechos que el número es especial, después de que Judas Iscariote traiciona a Jesús y luego se mata a sí mismo, el resto de los doce determinan según la orden bíblica que sea remplazado, para tener de regreso el número de doce. Y en Hechos 1:22, vemos un requisito importante que determinaron para ser uno de los doce apóstoles. La persona que sería el duodécimo apóstol debe haber sido un testigo ocular desde el principio; desde la época de Juan el Bautista hasta la resurrección y ascensión de Cristo. La razón que ellos dicen que esto es necesario, es para que ellos puedan ser testigos de Cristo y su resurrección. Entonces, el aspecto del testigo ocular fue considerado muy importante para ellos. Nos dice de un papel significativo de lo que significa ser un apóstol, tal como se define en la Biblia. Ellos vieron la vida y el ministerio de Jesús especialmente su resurrección. Ellos fueron testigos de Cristo y el evangelio.

Esto es claramente un papel fundacional. Esto es seguro de por qué después de que estos doce apóstoles empezaron a morir, no existe registro de los apóstoles nombrando gente nueva para reemplazar a los que murieron. Por ejemplo, el apóstol Santiago es martirizado en Hechos 12, pero entonces no hay movimiento para nombrar un reemplazo como lo habían hecho con Judas Iscariote. Y obviamente, las generaciones futuras no van a ser capaces de servir como testigos de Cristo ya que ellos no han sido testigos oculares. Este papel único de los doce apóstoles se refleja también en Apocalipsis 21:14. Allí, en busca de la gloria, habla de la pared de la nueva Jerusalén tener doce piedras de fundación, con los nombres de los doce apóstoles escritas en ellas. Otra vez, ese elemento fundacional se considera con respecto a los doce apóstoles.

Dicho esto, sería justo señalar que el Nuevo Testamento usa la palabra apóstol más allá simplemente de los doce. Algunos de los otros usos de esa palabra en el Nuevo Testamento son sin duda un poco ambiguos. Algunos sólo pueden estar refiriéndose a los doce. Otros sólo podrían utilizar la palabra en un sentido no técnico para referirse a un mensajero en general. Sin embargo, no es el caso de Pablo que claramente es un apóstol en el sentido técnico de una oficina. Posiblemente también hay uno o dos más en el Nuevo Testamento como esto, así como Bernabé. Por ejemplo, en Hechos 13, la iglesia recibe una profecía especial que les dice apartar a Pablo y Bernabé para una misión a los gentiles. Luego en el siguiente capítulo, en Hechos 14:14, Pablo y Bernabé son referidos como apóstoles. Bueno, la Escritura no nos dice mucho más acerca de en qué sentido Bernabé es apóstol, pero aprendemos mucho más acerca de Pablo como apóstol oficial en el sentido usado aquí en el versículo 20. Por ejemplo, incluso en esta carta, Pablo comienza por identificarse claramente como con el cargo de apóstol. Aquí, en el capítulo 3 describe su papel único en recibir revelación para servir en esta fundación ya colocada. Mencioné la semana pasada en 2 Corintios 12:12 que Pablo hablaba de cómo su apostolado había sido validado con las señales de un apóstol: a través de la realización de diversos milagros. En Hechos 15:12 suena como Bernabé también estuvo implicado en algún acto milagro con Pablo, que podría sugerir que él también ocupó el cargo formal de apóstol, aunque creo que no debemos ser dogmáticos acerca de eso.

¿Cuál es mi punto? La referencia aquí a los apóstoles nos hace especialmente pensar en los doce, pero aquí también esto debe incluir al menos a Pablo y posiblemente algunos otros apóstoles más allá de eso. Sin embargo, incluso con ese grupo más amplio, vemos el carácter extraordinario de la oficina del apóstol. Vemos que Dios sobrenaturalmente comisiona a tales apóstoles a través de la profecía. ¡Tienen que ser llamados y comisionados por Cristo, que es el corazón de ser un apóstol, es ser autorizado por Cristo para ir en su nombre con su mensaje y autoridad! Así, vemos señales y maravillas ocurriendo a través de estos apóstoles para confirmar su ministerio. Tales apóstoles recibiendo revelación de Dios para dar a las iglesias para poner la fundación de la revelación divina para la iglesia. En todo esto, están proclamando a Cristo y el evangelio y edificando la iglesia de Cristo. Por lo tanto, cualquier grupo más amplio de apóstoles más allá de los doce apóstoles, estaban en última instancia, haciendo la misma fundación colocada por los doce. La razón por qué había por lo menos Pablo y posiblemente Bernabé y posiblemente mas allá de los doce parece capturado en Gálatas 2. Allí Pablo reflexiona sobre cómo los doce fueron particularmente hecho apóstoles a los judíos, donde él y Bernabé habían sido comisionados en su ministerio apostólico para ir a los gentiles. Pero todos los apóstoles están involucrados en la colocación de la fundación. Eso es lo que Pablo afirma aquí en 2:20.

Entonces, ¿qué acerca de los profetas que se mencionan aquí? ¿A quien se refieren? Bueno, tengo que confesar que durante gran parte de mi vida, he leído y pensado que se refirieron a los profetas del Antiguo Testamento. Claramente es una interpretación que encontrarás por allí para ese pasaje. Bueno, aunque los profetas del Antiguo Testamento hablaron de la venida de Cristo, no creo que el contexto permitiría el significado aquí. Una vez que recordamos ese capitulo y el verso donde se marca una adición posterior al texto, vemos como 3:5 claramente tiene en mente el mismo grupo como 2:20. Y en 3:5 es claro que los profetas mencionados son los profetas de sus días, bajo el nuevo pacto. Hay una referencia similar en 4:11, el mismo orden de los “apóstoles y profetas” y otra vez claramente refiriéndose a profetas contemporáneos en aquel momento. Los profetas del Antiguo Testamento profetizan hasta Juan el Bautista. Pero después de eso, vemos en el Nuevo Testamento que después del día de Pentecostés, otros nuevos profetas del nuevo pacto comienzan a servir en la iglesia.

No tenemos muchos datos sobre estos profetas bajo el nuevo pacto. El lenguaje de profeta nos dice que recibían revelación de Dios lo que ellos entonces comunicaban al pueblo de Dios. Es lo que vemos descrito en 1 Corintios 14. Allí en 1 Corintios también describe cierto grado de prioridad en la iglesia entre sus oficinas y los dones, mencionando apostolado primero y la habilidad para profetizar como segundo; esto es en 1 Corintios 12:28. Eso sin duda refleja el mismo orden que Pablo usa en Efesios, siempre mencionando en primer lugar los apóstoles y entonces los profetas. Eso se alinea bien con la importancia fundamental que aquí se menciona en 2:20. En cuanto a profetas reales mencionados en el Nuevo Testamento, no conocemos de muchos por su nombre. Agabo es el profeta mencionado en Hechos. Las cuatro hijas de Felipe también son mencionadas en el libro de los Hechos como que ellas profetizaron. Pero realmente no tenemos mucho sobre los ministerios proféticos. Sin embargo, Pablo nos habla de su importancia aquí. Estos nuevos profetas del pacto junto con los apóstoles proveyeron revelación de fundación para el establecimiento de la iglesia bajo el nuevo pacto.

Me gustaría ahora establecer nuestro tercer punto para hacer alguna otra aplicación a la doctrina de cesasionismo. Mi aplicación principal es esta: no estamos esperando nuevos apóstoles o profetas así como no esperamos ninguna nueva revelación divina, ya sea corporativa o personal. Su ministerio fue una fundación puesta en el ministerio del nuevo pacto, y la fundación ya ha sido hecha. Mencioné que Efesios 4:11 refiere a apóstoles y profetas una vez más, ese tiempo junto a una lista de varios otros papeles como evangelistas, pastores y maestros. Sin embargo, es claro que apóstoles y profetas se establecieron de distinta manera en Efesios y con razón. Los apóstoles y profetas se mencionan dos veces en nuestro pasaje, antes que Pablo mencione esos otros roles en la iglesia. La razón es clara. ¿Que es lo que distingue a un apóstol y un profeta de los otros papeles? La respuesta es la revelación. Los apóstoles y profetas eran los destinatarios de la nueva revelación de Dios, que luego transmitirían a las personas. Los evangelistas, pastores y maestros simplemente trabajan con la revelación de Dios que ya ha sido recibida. Así, las funciones de apóstoles y profetas implican comunicación sobrenatural de Dios y ministerios inherentemente extraordinarios. Los pastores y maestros en comparación tienen ministerios ordinarios. Así, vemos cómo los apóstoles y profetas funcionaban en la iglesia. Lo que los hicieron únicos a sus oficinas fue que estaban recibiendo nueva revelación. Esta nueva revelación es lo que hizo su ministerio fundacional. Ellos sentaron las bases con la revelación que recibían, ya no nos mantenemos poniendo una nueva fundación. De lo contrario, si la fundación ya ha sido puesta, ¿qué tipo de nueva revelación podría un profeta o un apóstol traer inherentemente que no infrinjan esa fundación existente? Y así, puesto que los apóstoles y profetas ya han sentado las bases, es también por eso que su ministerio ya no es necesario. Si te liberas del componente de la revelación, entonces un apóstol o profeta realmente sólo se convertiría en un pastor o maestro. La revelación es lo que hizo su ministerio único y también es lo que hace que su oficina ahora sea obsoleta. Ellos han completado su trabajo.

Ahora para ser justos, algunos dirían que este argumento dice demasiado. Sólo porque los profetas y apóstoles pusieron la fundación no significa necesariamente que no podían ir a hacer otros trabajos en la iglesia. En teoría te concedo ese punto específico, pero eso no significa que necesariamente lo harán igualmente. No seamos presuntuosos. Pero cuando nos acercamos a esta cuestión de si esperamos o no más apóstoles y profetas, tenemos que ver lo que nos enseña las Escrituras sobre sus ministerios. Nos dicen que juegan un papel fundacional. Nos dice que lo que hace que su ministerio sea único es su recepción de la revelación divina, para establecer la fundación. Habla de los apóstoles de ser testigos de Cristo. Para no decir de que la Biblia habla que vendría un tiempo cuando el don de profecía cesará (1 Cor 13:8). Así pues, estas y otras declaraciones en la Biblia acerca del ministerio de los apóstoles y profetas nos llevaría a la conclusión de que tenían un propósito específico en la iglesia de que ha llegado a su fin con el final de la era apostólica y la terminación del canon de la Escritura.

¿Si algunos quieren decir lo contrario, yo le preguntaría dónde está la prueba de alguien hoy diciendo ser un apóstol o profeta? Aquellos que se dicen hoy ser apóstoles, deben producir las señales y hacer maravillas como dijo Pablo los apóstoles hacen. Algunos han hecho reclamos por esto, pero repetidamente se desacreditaron cuando fueron puestos incluso bajo la investigación más básica. Esto es lo mismo para cualquier de aquellos supuestos profetas modernos. La prueba del Antiguo Testamento para un profeta en Deuteronomio 18 es muy útil aquí. Dice que si lo que habla el profeta no llega a pasar, entonces no es un verdadero profeta. Dice que han hablado con presunción y deben ser puestos a muerte. Bueno, la triste realidad es que aquellos que afirman ser capaces de profetizar en la actualidad, varias veces han terminado dando profecías en algún momento que no llegan a pasar. Fallan esta prueba de ser un profeta válido. Sorprendentemente, algún continuacionista hoy (como Wayne Grudem, por ejemplo) han tratado de resolver este problema diciendo que los profetas del nuevo pacto sólo reciben profecía falible; en otras palabras, profecía que podría ser incorrecta. Sin embargo, ¿cómo es eso bíblico? ¿Cómo sería esto profecía? Sólo sería falsa profecía.

No me malinterpreten. No estoy sugiriendo que salgamos y empezar a apedrear a los carismáticos. Pero como su pastor, me preocupa de que causan problemas con las Escrituras. No veo un buen caso para hacer que deberíamos esperar que continuaran los apóstoles o profetas o continuar con nueva revelación. Pero lo que encuentro repetidamente en la Biblia es una advertencia de que habrá falsos apóstoles y falsos profetas que vienen a la iglesia. 2 Corintios 11:13 y Apocalipsis 2:2 ambos advierten sobre personas que se declaran ser apóstoles pero que son realmente mentirosos. Marcos 2:13 y 1 Juan 4:1 son dos de varios pasajes que advierten contra los falsos profetas. ¡Mateo 24:24 es especialmente aterrador porque dice que estos falsos profetas incluso podrían venir realizando señales y maravillas! Por lo tanto, esto me preocupa mucho. La Biblia me comanda que como pastor tengo que estar en la búsqueda de falsos profetas y falsos apóstoles. Por lo tanto, cuando de repente se levanta un nuevo movimiento pentecostal o carismático, en que la gente enfoque su vida cristiana más sobre supuestas señales y maravillas que en la palabra de Dios, eso me preocupa. Cuando esos movimientos tienen a las personas tratando de alguna manera recibir profecías individuales de Dios en lugar de conducir a gente a la Palabra escrita, eso me preocupa. Cuando estos movimientos dan profecías que fallan, ¿cómo no podemos llamarlos falsos profetas? Otra vez, no estoy sugiriendo empezar a apedrear personas. Pero quiero afirmar la verdad del error. Y quiero que cada uno de nosotros en la iglesia crezcamos como cristianos a través de experiencias espirituales legítimas. La forma ordinaria, el Espíritu Santo obra en nosotros y nos hace crecer a través de su Palabra. No quiero que ninguno de nosotros aquí se extravíen por falsos reclamos de alguna nueva revelación falsa.

Hay más que quiero decir aquí, pero dejo este sermón de hoy con este aliento final y exhortación. Con todos nuestros debates de hoy, espero que no te pierdas en este pasaje el glorioso evangelio que se presenta aquí. Dios ha hecho personas como nosotros que antes no fueron salvas, para ser perdonados de sus pecados y ser parte de su pacto. Él ha hecho esto a través de la sangre de Jesús derramada en la cruz por nuestros pecados, verso 2:13. Me encanta la forma que describe esto en 2:12. Judíos y gentiles en Cristo ahora conforman una nación, una comunidad de Israel. En otras palabras, todos somos parte de un reino redimido por Jesús, el Mesías. Qué felicidad ser parte de este reino y tener dicho reino. Qué alegría es saber el tener el tipo de paz que habla en 2:14-17. La sangre de Cristo nos reconcilió con Dios y así nos reconcilia a uno con el otro. Alabado sea Dios por este evangelio glorioso que se nos ha dado. ¡Alabado sea Dios que ahora nos ha edificado, fundados en estas gloriosas buenas nuevas de la salvación por gracia mediante la fe en Jesús!

Continuemos entonces edificando sobre esta fundación y no sobre una fundación falsa o apócrifa que sería ofrecida a través de algún otro tipo de profecía o mensaje apostólico. Alegrémonos de traer esta Palabra apostólica al mundo, que ha sido grabada
aquí en las Escrituras. Alegrémonos de ver cómo es este evangelio que es el poder de Dios para salvación, primero para el judío y también para el griego, para todo aquel que cree. Amén.

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