Para Echar Fuego sobre la Tierra.

Sermón predicado en Lucas 12:49-59 por el Reverendo W. Reid Hankins durante el servicio de adoración en la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad en 15/05/22 en Novato, CA.

Sermón

Reverendo W. Reid Hankins, M.Div.
Traducido por el Diácono Diego Merino

El pasaje de la semana pasada nos advirtió que estuviéramos preparados para la segunda venida de Cristo. El pasaje de hoy continúa desarrollando esta preocupación al ayudarnos a pensar en lo que deberíamos estar haciendo ahora a la luz de esa verdad. Cristo viene de nuevo, y necesitamos reconocer eso, y como consecuencia debemos prepararnos. Entonces, consideraremos esto en tres puntos hoy. Primero, consideraremos esta idea sobre cómo debemos interpretar correctamente los tiempos en que vivimos. En segundo lugar, consideraremos esta lección sobre cómo debemos llegar a un acuerdo con nuestros acusadores. Tercero, consideraremos como Jesús dice que no vino a traer paz sino espada.

Entonces, comencemos en nuestro primer punto a considerar cómo interpretar correctamente los tiempos en que vivimos. Me refiero aquí en gran medida a lo que encontrarás en los versículos 54-56. Jesús se dirige a las multitudes y les da una lección de sus propias vidas. Reconoce en cómo son capaces de discernir el clima interpretando las señales. Si ven una nube que se eleva en el oeste, piensan: “va a llover”. O si ven soplar un viento del sur, saben que va a ser un día muy caluroso. Nótese que dice que son buenos para hacer estas predicciones, porque para ambos ejemplos dice, “y así sucede”. En cómo ellos predicen, así sucede. Pero esto es efectivamente una parábola, en el sentido de que Jesús está haciendo una aplicación figurativa aquí a ellos. En última instancia, Jesús no está preocupado por complementar sus habilidades de predicción del tiempo. Más bien, luego pasa a dar una aplicación en el versículo 56. Él aplica esto para decirles que no son capaces de interpretar el tiempo presente. Pueden interpretar los tiempos cuando se trata del clima. Pueden discernir lo que sucederá en función de los signos físicos. Pero Jesús dice que no pueden mirar las señales de lo que está sucediendo espiritualmente y en lo que respecta a la historia redentora para determinar lo que pronto vendrá.

Curiosamente, los llama hipócritas por este fracaso. Un hipócrita es alguien que finge ser algo que no es. En esta circunstancia, seguramente Jesús se refiere a la hipocresía religiosa. El pueblo se presentaba como pueblo religioso. Actuaron como si supieran mucho acerca de Dios y sus caminos. Seguramente se enorgullecían de su conocimiento de la Palabra de Dios. Como ejemplo de su muestra externa de religión, estaba su práctica común de usar filacterias en la frente y los brazos. Esas eran pequeñas cajas que contenían pequeñas porciones de la Escritura dentro de ellas. Los judíos se habrían presentado como expertos en el único y Dios verdadero que hizo los cielos y la tierra. Se habían presentado como sabios en los caminos y planes de Dios. Pero Jesús les dice que no lo eran. Es posible que incluso se hayan engañado a sí mismos. Pero Jesús muestra que su capacidad para pronosticar el clima era una habilidad que no poseían con respecto a Dios y sus planes. Se perdieron los eventos que deberían haber señalado la obra de Dios en su día. Por muy sabios que afirmaran ser en los caminos de Dios, en realidad no lo eran. Por lo tanto, eran hipócritas, religiosamente hablando.

Aprecio que Jesús diga esto a las multitudes, y no sólo a los escribas y fariseos. Jesús ya ha llamado hipócritas a esos líderes religiosos, pero ahora dice lo mismo a toda la gente. Al igual que no es necesario ser meteorólogo profesional hoy en día para tener alguna habilidad básica para discernir el clima, también todos deberían tener alguna habilidad básica para discernir los tiempos en que vivimos, hablando redentora e históricamente. Eso por supuesto, supone que todos deben tener al menos algún conocimiento básico de las Escrituras donde nos dicen las señales que debemos buscar y lo que significan. Pero eso es correcto. Debemos buscar enseñar a todos la Palabra de Dios, jóvenes y viejos, simples o sabios, hombres o mujeres, a todos y cada uno.

Entonces, ¿qué debían haber discernido sobre los tiempos presentes? Bueno, como dijimos, en contexto Jesús ha estado hablando sobre el último día del juicio cuando regresará en su segunda venida. Una vez mas, hago referencia a nuestra enseñanza del domingo pasado del pasaje anterior aquí en Lucas 12. Eso se menciona más adelante en el versículo 49 cuando Jesús dice que ha venido a echar fuego sobre la tierra. Anteriormente, Juan el Bautista había dicho en Lucas 3:16 en cómo Jesús es uno que bautizaría tanto con el Espíritu Santo como con fuego. Bueno, el fuego que Jesús traerá es uno que purifica a los elegidos pero destruye a los reprobados. Este capítulo dice que el inminente día del juicio que vendrá con la segunda venida de Jesús es algo que ese día se necesitaba estar planeando y esperando. Al igual que cuando parece que la lluvia viene, entonces agarras un paraguas, así también el juicio pronto llegará y deberían reconocer esto y planificarlo.

Curiosamente, Jesús luego nos dice en el versículo 50 de algo que tendrá que suceder primero. Cuando se habla de discernir los tiempos, es muy relevante que hable de algo que vendrá antes de derramar ese fuego. Él dice en el versículo 50 que tiene un bautismo que experimentar. Dice que está angustiado hasta que eso suceda. Esto es claramente una referencia y predicción a la cruz. Las multitudes eran incapaces de discernir y predecir los tiempos, pero no Jesús. Aquí les habla de su inminente muerte en la cruz. Eso debe suceder antes de su segunda venida en juicio. Estamos agradecidos, por supuesto, porque es por eso que podemos tener la esperanza de ser salvados en el día del juicio, al confiar en Jesús y su sacrificio expiatorio en la cruz por nuestros pecados.

En este primer punto, entonces, estamos viendo cómo no discernieron los signos del tiempo adecuadamente para darse cuenta de los días en que estaban en términos de la historia redentora. Recuerda, que los profetas habían dado varias profecías acerca de la venida de Cristo y todo lo que ello implicaría. Se suponía que debían ver que esas señales comenzaban a suceder. Piensa en las diferentes citas que ya hemos visto en Lucas, donde Jesús hace referencia a algo que los profetas habían predicho que ahora estaba sucediendo en sus vidas y ministerios. Esta profecía sobre su sufrimiento y luego juicio también es una explicación adicional de Jesús sobre cómo entender las señales e interpretar los tiempos. Cómo Lucas lo saca a relucir de múltiples maneras, las Escrituras predijeron que el Cristo tendría que sufrir primero y luego entrar en su gloria posterior. El día del juicio sería parte de esa gloria posterior cuando regrese para juzgar a los vivos y a los muertos. Pero primero tendría que sufrir este bautismo de la cruz donde soportara la ira de Dios derramada sobre Èl por nuestro bien.

Pasemos ahora en nuestro segundo punto a esta enseñanza acerca de llegar a un acuerdo con nuestros acusadores en los versículos 57-59. Una vez más, Jesús apela a algo en sus propias vidas para enseñar algo. De nuevo sirve como una parábola porque creo que está haciendo de nuevo una aplicación figurativa. Verás, Él hace referencia a un escenario cuando alguien está en desacuerdo legal con alguien. Dirige este escenario en segunda persona. Por lo tanto, habla directamente a todos en la multitud para imaginar lo que harían si se encontraran en tal situación. Les dice que imaginen que alguien los está acusando de una deuda no pagada. Observa que la presunción aquí es que la acusación es correcta, ya que el último versículo implica que de hecho deben dinero. Entonces, el escenario es que le debes a alguien una deuda de dinero y estás en camino a la corte. El magistrado civil va a escuchar el caso, y Jesús básicamente dice imagina que sabes que eres culpable y que no vas a ganar el caso. ¿Qué debes hacer? Jesús dice que si sabes que esa es la situación, por supuesto, lo que debes tratar de hacer es llegar a un acuerdo con la persona antes de llegar a la corte. Ruega, suplica, has lo necesario, para llegar a un acuerdo con tu acusador, porque de lo contrario terminarás en la cárcel y no saldrás hasta que pagues la deuda. Y probablemente no vas a poder pagar esa deuda mientras estés en la cárcel.

Ahora dando un contexto diferente, podrías pensar que Jesús aquí solo les está enseñando algunas buenas habilidades de reconciliación bíblica. De hecho, este material sería genial en un curso bíblico de pacificadores. Pero el contexto exige una mayor aplicación. Es por eso que estaba diciendo que esto debería tener una aplicación figurativa. El contexto es que en la segunda venida de Jesús marcará el comienzo del juicio final. Al final, todos estarán de pie ante el tribunal de Dios. Si no somos absueltos en ese día, seremos arrojados al lago de fuego para castigo eterno. Allí el fuego no se apagará y el gusano no morirá.

Entonces, esto es similar a lo que Jesús acaba de hacer con la enseñanza del pronóstico del tiempo. Eran buenos para predecir los tiempos en términos del clima, pero necesitaban ser capaces de predecir los tiempos espirituales. Entonces, aquí supieron cómo reconciliarse con sus acusadores humanos, pero necesitan saber cómo reconciliarse con Dios. Sus pecados han traído una gran deuda de culpa contra ellos. Si se presentan ante Dios como su juez, serán culpables, a menos que se reconcilien con Dios antes de ese último día de juicio. Esa es la aplicación que se debe tomar de los versículos 57-59. La idea de llegar a un acuerdo por adelantado con su acusador antes de enfrentarlo en la corte enseña que los humanos necesitan reconciliarse con Dios por adelantado antes del último día del juicio. Eso era cierto para las personas que Jesús estaba enseñando en el pasaje de hoy. Y sigue siendo cierto para todos los humanos hoy en día. Todos han pecado y no han alcanzado la gloria de Dios. Todos los seres humanos han quebrantado las leyes de Dios y lo han ofendido y merecen su justo juicio. Necesitamos reconciliarnos con Dios.

Ahí está el problema. No podremos pagar esa deuda a Dios. Esta idea aquí de pagar el último centavo, es algo que simplemente no podemos hacerlo con Dios. Sin embargo, Dios exige justicia plena. La mala noticia es que no podemos tener tal justicia. Pero ahí es donde entran las buenas noticias. Es lo que ya notamos en el versículo 50. Ese bautismo que Jesús tomaría es la cruz. Allí, Él paga por los pecados por todos los que se vuelven y confían en Él. Él paga hasta el último centavo por nosotros. Nunca podríamos hacer eso. Pero Jesús se ofrece pagar nuestra deuda por nosotros.

Esta es una gracia enorme. Pero lo que es incluso una medida adicional de gracia es que Dios cambia el guión aquí en términos de tomar la iniciativa de reconciliarse. En la analogía con las deudas terrenales, Jesús enseña aquí que tú, el deudor, es mejor que tomes la iniciativa de hacer las cosas bien con tu acusador. Sin embargo, como dice 2 Corintios 5:18, Dios es el que tomó la iniciativa con nosotros. Él era la parte ofendida, pero dice que Dios, “Por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo”. Entonces, esto es lo que nos llega hoy. Como embajadores de Cristo, les imploro que en nombre de Cristo, se reconcilien con Dios. Esta es la forma de responder a la enseñanza de Jesús aquí acerca de llegar a un acuerdo por adelantado con tu acusador. Confiesa tus pecados y mira con fe a Jesús para que te perdone. Bautízate en su muerte y resurrección para que te reconcilies con Dios.

Esto nos lleva naturalmente a nuestro tercer y último punto de hoy. Jesús dice que no vino a traer paz sino espada. Esto está relacionado con el llamado del evangelio que les acabo de dar. Algunos recibirán ese evangelio y serán salvos. Otros no lo harán y serán condenados al infierno. Hay una división natural que tendrá lugar entre aquellos que están reconciliados con Dios a través de Cristo y aquellos que no lo están.

Sobre este tercer punto, asegurémonos de apreciar la retórica que Jesús está trayendo aquí sobre este punto. Mira el versículo 51. ¿Crees que he venido a traer paz en la tierra? Él dice: “No”. Esto está escrito para sorprendernos. Está destinado a desconcertarnos. Porque en cierto sentido la respuesta es en realidad, “Sí”. Es literalmente lo que el evangelio de Lucas registra a la multitud de ángeles diciendo acerca de Jesús en su nacimiento. Lucas 2:14, “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace”. Pero ves que la retórica de Jesús a menudo usa declaraciones audaces para desafiar ciertas suposiciones y corregir a las personas donde se pierden los matices. ¡Ese es ciertamente el caso aquí! Sí, hay un sentido en el que Jesús vino a traer paz a la tierra. Pero también hubo una manera en que no lo hizo. Tal vez esto sería un buen pasaje navideño porque así es como el mundo suele mal interpretar el mensaje del ángel. Piensan que la referencia de “paz en la tierra” significa cómo podemos tener paz unos con otros. Pero el pasaje de hoy muestra exactamente lo contrario. Tanto el sentido correcto como el incorrecto de paz en la tierra están en este pasaje. El sentido correcto en el que Jesús trae paz está en la sección anterior de la que acabamos de hablar. Que podamos estar en paz con Dios a quien habíamos ofendido. Esa es la paz que Jesús trae. Pero no todos conocerán esa paz. Si no reciben a Jesús con fe, no tendrán paz con Dios. Y eso resultará en una gran división entre los que reciben a Cristo y los que no lo hacen. Esa es la espada que Jesús trae.

Entonces, al estilo clásico de Jesús, habla con una declaración muy audaz para resaltar matices muy importantes. Así es como funciona la verdad, tienes que entender todos sus matices y aplicaciones adecuadas, de lo contrario distorsionas esas verdades en cosas que no son verdaderas. El juicio venidero de Dios al regreso de Cristo es la razón por la que es tan importante entender este matiz. Necesitamos paz con Dios, incluso si viene a expensas de la paz con los demás. De hecho, sólo habrá paz verdadera y duradera entre la humanidad cuando todos los seres humanos hayan llegado a conocer la paz con Dios. Lamentablemente, ese solo será el caso después del último día de juicio cuando aquellos que continúan rebelándose contra Dios hayan sido removidos y Dios complete la renovación de las almas de los redimidos.

Así que entonces, no te pierdas un matiz más de la división que Jesús trae a la tierra. Hasta ahora, he hablado en general sobre la división que trae entre los que reciben su palabra y los que no. Pero la enseñanza de Jesús aquí en los versículos 51-53 es más específica que eso. Habla de como la división que trae afectará a los hogares individualmente. Dentro de un hogar, dentro de los miembros de la familia, habrá divisiones. Algunos recibirán a Cristo. Algunos no lo harán. Los padres y sus hijos enfrentándose entre sí son los ejemplos dados, pero seguramente son solo ejemplos. Podríamos imaginar varias combinaciones dentro de un hogar donde algunos son cristianos y otros no. Y según el versículo 52, es probable que no sea un empate en términos de números. A veces los cristianos en el hogar pueden encontrarse a sí mismos como la mayoría, a veces como la minoría. Por supuesto, dije que podíamos imaginar varias combinaciones dentro de un hogar, pero realmente no necesitamos imaginarnos mucho. A nuestro alrededor vemos familias mixtas. Nuestra lista de seres queridos no salvos por los que estamos orando es larga.

Nuestros corazones se rompen por nuestros seres queridos no salvos. Queremos que conozcan el evangelio de Jesucristo. También sabemos que dentro de un hogar, estas divisiones en torno a Cristo Jesús pueden causar varios conflictos prácticos dependiendo de las circunstancias. ¿La familia irá a la iglesia? ¿El gasto de dinero de la familia incluirá diezmos y ofrendas al Señor? ¿Honrará la familia el Día del Señor para apartarlo como un día de descanso y un día de adoración pública y privada? ¿Participará la familia en actividades culturales que estén en desacuerdo con la ley moral de Dios? Esto puede ser especialmente difícil cuando las personas a cargo en un hogar no son cristianas y buscan imponer cosas no cristianas a los cristianos en la casa. Y así, las divisiones en torno a Cristo no solo pueden causar muchas discusiones, sino que también pueden traer conflictos de todo tipo a la casa.

Sin embargo, estamos agradecidos de que a veces en las dulces misericordias de Dios una familia conoce al Señor. Esa es una bendición a seguir. Si estás buscando un cónyuge, comienza por casarte con alguien crea en el Señor. Esa no es una protección garantizada contra las divisiones que se describen aquí, pero es una búsqueda adecuada. Y a los jefes de familia cristianos, están llamados a enseñar y entrenar a los que están bajo su cuidado en los caminos del Señor. Y todos en un hogar que conocen a Cristo deben compartir su esperanza con el resto y orar por la salvación del resto. Porque sabemos que se acerca el día del juicio.

En conclusión, Jesús hoy os ha exhortado a discernir los signos e interpretar los tiempos. ¿Conoces y disciernes los tiempos en los que vivimos? Estamos viviendo después de la primera venida del Mesías y antes de su regreso. En su primera venida vino a morir en la cruz por los pecados de todos los que confiaban en Él. En su segunda venida, hoy se nos ha recordado que será para juzgar a aquellos que no han conocido su salvación y para llevar a sus elegidos a la gloria. ¿Estás interpretando correctamente los tiempos en los que vivimos para ver esto? Si es así, gloria a Dios porque si has reconocido a Jesús como el Cristo, no eres tú mismo quien lo ha descubierto, sino que es Dios quien te ha abierto los ojos para ver esto.

Entonces, imploro a todos que nos reconciliemos con Dios a través de Cristo a través de la fe y en su nombre. Si lo has hecho, que continúes en esa fe. Por la gracia de Dios, que perseveres en esa fe, incluso si hay divisiones en tu casa debido a ella. E incluso si tienes la bendición de no tener tales divisiones en tu casa, encontrarás tales divisiones con el mundo. Es posible que tengas amigos que rechacen a Cristo. Ya sea que se trate de seres queridos no salvos en tu hogar o amigos no salvos, podrían presionarte para que renuncies a tu fe. Pero el día del juicio está llegando. No te pierdas la eternidad debido a las malas decisiones de los demás. Eso puede ser difícil, especialmente si esas otras personas son queridas para ti. Pero cada uno de nosotros tenemos la eternidad para considerar. Que cada uno de nosotros esté preparado para el regreso de Cristo. Para que sea en cada uno de nosotros el día de dulces y eternas bendiciones para siempre.

Amén.

Derechos de autor © 2022 Rev. W. Reid Hankins, M.Div.
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