Sé Mi Discípulo.

Sermón predicado en Lucas 14:25-35 por el Reverendo W. Reid Hankins durante el servicio de adoración en la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad en 26/06/22 en Novato, CA.

Sermón

Reverendo W. Reid Hankins, M.Div.
Traducido por el Diácono Diego Merino.

El discipulado es fundamental para el cristianismo. Todo cristiano es discípulo de Cristo. El pasaje de hoy muestra nuevamente a Jesús llamando a las personas a ser sus discípulos. Me encanta como en las Escrituras hay varias maneras en que Jesús llama a las personas al discipulado. A veces, el llamado de Jesús al discipulado es muy breve: “Sígueme”. Otras veces, el llamado de Jesús al discipulado puede hacer énfasis a los buenos dones que recibimos de Él. Sin embargo, otras veces, el llamado de Jesús al discipulado podría enfatizar nuestra respuesta. En el pasaje de hoy, ciertamente hay mucho de eso. Estamos llamados a considerar el costo del discipulado y nos examinaremos a nosotros mismos para ver que si somos verdaderamente sus discípulos. Sin embargo, también hay imágenes sutiles aquí de la gracia y las bendiciones que recibimos como discípulos de Cristo.

Así que entonces, hoy consideraremos este tema de los discípulos en tres puntos. Primero, veremos los versículos 25-27 y veremos el llamado explícito de Jesús al discipulado y lo que Él dice aquí lo que implica. Segundo, veremos los versículos 28-32 y cómo Jesús ilustra ese llamado al discipulado con dos parábolas. Luego en tercer lugar, veremos los versículos 34-35 y consideraremos esta parábola sobre la sal que pierde su salinidad y como eso también habla de este tema.

Comencemos entonces en nuestro primer punto con el llamado de Jesús al discipulado. Este es ciertamente uno de sus llamados más impactantes al discipulado. Es extremadamente raro escuchar a alguien hoy en día compartir el evangelio con los incrédulos y describir las cosas en tales términos. El llamado de Jesús aquí para convertirte en su discípulo no se pone en palabras de cómo tener “Tu mejor vida ahora”. ¡No, es más cómo tener la vida más difícil ahora! Sin embargo, al considerar las diferentes formas en que Jesús llama a las personas al discipulado, nos damos cuenta de que cada uno de estas nos enseña diferentes aspectos de lo que significa seguir a Jesús. Lo que nos dice aquí es muy importante de entender. Sí, convertirte en discípulo de Cristo es lo mejor que puedes hacer. Y sin duda significará mejor vida en la eternidad. Y hay absolutamente una cierta sensación de que será lo mejor para tu vida ahora seguir a Jesús. Pero Jesús nos recuerda aquí que también hay absolutamente un sentido en el que seguirlo significará una vida realmente dura aquí y ahora llena de varios sacrificios por causa de Cristo. Eso es lo que debemos entender, apreciar y aprender hoy.

Entonces, mira como Jesús nos llama al discipulado en el versículo 26. “Si alguien viene a mí y no odia a su propio padre y madre y esposa e hijos y hermanos y hermanas, sí, e incluso su propia vida, no puede ser mi discípulo”. Entonces, Jesús básicamente dice que para ser su discípulo debes odiar a tu familia e incluso a ti mismo. Esta palabra para odio es la palabra típica para odio en griego, pero creo que debemos entender las cosas en su contexto. Anteriormente, en Lucas 10:27, Jesús dijo que debes amar a tu prójimo como a ti mismo. Si tomas las palabras de hoy en un sentido literal y absoluto, eso significaría que deberías odiar a tu prójimo como te odias a ti mismo. Seguramente, tal línea de interpretación sería defectuosa. Mas bien, una mejor manera de entender esto es ver que no puedes poner a los demás antes que a Jesús, ni siquiera a la familia, ni siquiera a ti mismo. Si Jesús ha de ser tu Señor y tú has de seguirlo, entonces debes amar más a Jesús. Más que a tu mejor amigo. Más que a tu familia. Más que incluso a ti mismo. Jesús debe ser lo primero, lo máximo, lo mejor para ti. Ser discípulo de Jesús significa que debes seguirlo de todo corazón sin reservas y como tu principal prioridad. Este es un recordatorio de que el significado literal de una palabra no siempre es la forma exacta en que se usa. El lenguaje también implica contexto, el uso e incluso a veces de hipérboles en diferentes formas. Un uso algo similar en las Escrituras está en Génesis 29:30 que dice que Jacob amaba a su esposa Raquel más que a su otra esposa Lea, y luego en el siguiente versículo describe a Jacob odiando a Lea. En contexto, el lenguaje de Jacob odiando a Lea se refería a cómo amaba a Raquel más que a Lea. Algo en esta línea es seguramente lo que se quiere decir aquí. Debemos amar a Jesús y seguir a Jesús por encima de todos los demás.

Siento la necesidad de explicar y aplicar esto más a fondo en función de las conversaciones que he tenido en el pasado. Amar a Jesús sobre todo, y ponerlo en primer lugar, podría significar que tienes que elegir entre tu familia y Jesús. Lo que quiero decir es que si tu familia dice deja de ser cristiano por lo que ya no te volverán a ver, entonces eso es terriblemente triste, pero necesitas seguir siendo cristiano. Amar a Jesús sobre todo y ponerlo en primer lugar, tampoco significa que debas ignorar tus obligaciones con los miembros de tu familia. En realidad, seguir a Jesús afirma esas obligaciones. Por ejemplo, en Mateo 7 Jesús amonestó a los fariseos que apoyaban el dejar de honrar a sus padres en nombre de ciertos actos religiosos de devoción. Por lo tanto, odiar a tus padres aquí para luego seguir a Jesús es escuchar a Jesús y luego decirte que necesitas honrar y amar a tus padres como enseña el 5to mandamiento. Esperemos que estés entendiendo el punto aquí de que el llamado audaz de Jesús en el versículo 27 necesita ser aplicado correctamente. Trátalo como literatura de sabiduría y piensa cuidadosamente cómo se ve el verdadero discipulado vivido con respecto a tu familia.

Jesús luego explica aún más tal discipulado en el versículo 27 con el llamado a tomar tu cruz y venir en pos de Él. Recuerda que Lucas ya había registrado a Jesús describiendo el discipulado de esta manera en 9:23. En aquel entonces dijimos que este llamado nos dice que el discipulado implica seguir a Jesús. Lo que le espera a Jesús es el sufrimiento e incluso su muerte en la cruz. Entonces, el versículo anterior decía que debemos estar preparados para odiar incluso nuestra propia vida, por lo que entonces debemos estar preparados para seguir a Jesús, incluso si esto implica abnegación, sacrificio personal, dificultades, sufrimiento e incluso la muerte. Una vez más, si amas tu vida por encima de Jesús, entonces no estarás dispuesto a seguirlo en un momento de sufrimiento o dificultades. Y el Nuevo Testamento habla repetidamente de cómo en esta vida el sufrimiento está reservado para los cristianos. Todo el libro de 1 Pedro habla de ello. Jesús menciona en varios lugares las persecuciones que sus discípulos enfrentarán. Pablo, en 2 Timoteo 3:12 dice: “De hecho, todos los que deseen vivir una vida piadosa en Cristo Jesús serán perseguidos”. Seguir a Jesús implica tomar nuestra cruz e ir marchando a la muerte porque estamos siguiendo sus pasos. Es cierto que no podríamos morir literalmente en esta vida por seguir a Jesús. Pero seguirlo significa sacrificarnos por Jesús en el sentido de completa devoción a Él y a su causa.

Permítanme señalar que este es un lugar en nuestro pasaje donde podemos ver sutilmente la gracia y la bendición implícitas. Porque tomar nuestras cruz y seguir a Jesús significa que lo seguimos primero en su sufrimiento, luego también en su gloria posterior. Esta es una enseñanza importante en el evangelio de Lucas de que Jesús primero debe sufrir en la cruz y luego entrar en su gloria. Entonces lo seguimos primero en el sufrimiento, luego entonces hasta la gloria.

Esto nos lleva ahora a nuestro segundo punto para considerar cómo este pasaje nos llama a contar el costo asociado con seguir a Jesús. Estos son los versículos 28-32 donde describe esto con estas dos parábolas.

La primera parábola está en el versículo 28 acerca de la construcción de una torre. Jesús señala lo que habría sido obvio para la gente. Si vas a construir una torre, debes calcular el costo. Debes determinar si tienes suficiente dinero para construir la torre. No querrás comenzar a construirlo y quedarte sin dinero antes de terminarla. Hacer eso realmente, es más fácil decirlo que hacerlo. Nuestro proyecto de construcción de la iglesia se ha tenido que revisar el presupuesto de nuestro proyecto de construcción varias veces. Ciertamente hay varios proyectos en la historia donde la gente se ha quedado sin fondos. A veces, tales proyectos se quedan sin dinero debido a circunstancias extraordinarias, como si la inflación llega a mitad del proyecto debido a alguna situación inesperada, eso podría hacer que falte el dinero antes de terminar. Pero, los proyectos también a veces se quedan sin dinero debido a la falta de conteo adecuado del costo con anticipación. Jesús nos advierte contra eso. Dijo que se reirían de ti si se dan cuenta que estas construyendo una torre a medio terminar y sin los medios para terminarla.

Por supuesto, la parábola de Jesús aquí sobre la torre es enseñar sobre el discipulado, no sobre las torres. Pero Él quiere que la gente entienda que hay una especie de costo involucrado en seguir a Jesús. Esto no quita el hecho de que somos salvos fundamentalmente por gracia a través de la fe. Se puede decir sinceramente que la salvación es por la gracia gratuita de Dios. Pero como aquellos que se han vuelto a Jesús como sus discípulos, estamos buscando vivir por fe siguiendo sus mandamientos. A medida que crecemos en fidelidad, debemos esperar que en este mundo tengamos problemas, tal como Jesús dijo en Juan 16:33. Jesús nos dijo que no nos sorprendiéramos cuando el mundo nos odia como cristianos porque el mundo lo ha odiado a Él primero, Juan 15:18. Jesús quiere que entendamos que convertirse en su seguidor, Jesús probablemente no hará que tu vida aquí y ahora sea más fácil en todos los sentidos. En cierto modo, se volverá más difícil. Estás siendo llamado a vivir moral y rectamente en un mundo que promueve la vida con todo que te haga feliz, sin embargo, ignoran en gran medida la enseñanza de la Biblia sobre el pecado. Estás siendo llamado a ser un testimonio de Jesucristo como el único camino de salvación, y muchas personas se sentirán ofendidas y te odiarán por eso. Estás siendo llamado a obedecer a Jesús por encima de todos los demás, y a veces eso hará que esas personas se enojen contigo. Debes contar el costo. Necesitas saber en qué te estás metiendo. Si no lo haces, terminarás cayéndote. Si entras en el discipulado cristiano pensando ingenuamente que la vida será más fácil en un sentido absoluto, y luego vienen los problemas, renunciarás a tu discipulado cristiano y dirás “no funcionó”. Pero si primeramente has contado el costo y aceptado ese costo, entonces por la gracia de Dios no te sorprenderás de que tu fe no naufragará cuando vengan los problemas.

Permítanme darles otra aplicación relacionada. Cuando cuentas el costo de construir una torre, si decides seguir adelante con tu proyecto de construir la torre es porque crees que vale la pena el costo. Si no avanzas, no terminarás construyendo la torre. Pero si cuentas el costo y luego pagas el costo, al final, tienes una bonita torre. Bueno, seguir a Jesús es el “costo” del que hemos estado hablando. Pero al final, encontrarás que seguir a Jesús valió la pena. Terminas con algo mucho mejor que una torre. Tendrás vida eterna en la era gloriosa y bendita por venir. ¿Has contado el costo de seguir a Jesús? ¡Vale la pena!

Entonces, la otra parábola aquí es similar. Comienza en el versículo 31 acerca de un rey que se enfrenta potencialmente a una guerra con otro rey que tiene un ejército más grande. En la parábola, es el rey quien tiene un ejército de veinte mil que viene contra otro rey pero que solo tiene un ejército de diez mil. Allí, en el versículo 31 dice que el rey que tiene diez mil tendría que meditar. Habría tenido que considerar si su fuerza más pequeña iba a ser capaz de prevalecer en la batalla contra esta fuerza más grande. Esto es similar a contar en la idea del costo. Pero aquí, se imagina que si el rey delibera y determina que no va a ser capaz de ganar la batalla, entonces necesita tomar medidas y tratar de hacer las paces con el otro rey mientras el otro rey todavía está lejos.

Si bien esta parábola es similar a la del costo de la torre, parece que la dirección es ligeramente diferente. Aquí, presenta que la mejor opción podría ser en este caso no ir a la guerra, buscar la paz sin importar el costo. En otras palabras, si el rey no delibera y discierne la necesidad de buscar la paz, sino que tontamente va a la guerra, podría terminar destruyendo su ejercito por el otro rey. Aplica eso a nuestro discipulado. Necesitamos deliberar y discernir que Cristo y su ejército de ángeles algún día vendrán a esta tierra para juzgar y destruir a todos sus enemigos. Sin embargo, antes de que llegue ese día, necesitamos encontrar la paz con el Rey Jesús. Afortunadamente, nos ha ofrecido paz. Si confesamos nuestra rebelión contra Dios y nos volvemos a Él en busca de perdón y gracia, Él nos recibirá como sus discípulos. Entonces conoceremos su paz. Aquí hay más de esa gracia que dije que se insinuó aquí en este pasaje. Así como representa la esperanza de que un rey mas débil encuentre la paz con un rey más fuerte, así también en Jesús podemos encontrar la paz que necesitamos con Dios para el día del juicio.

Entonces, esta parábola mira esta idea de la manera opuesta a como la primera parábola vio para ser un discipulado. La primera parábola nos hizo preguntarnos si hemos contado el costo de seguir a Jesús. Esta parábola nos lleva a deliberar sobre cuál es el resultado si no seguimos a Jesús. Si no seguimos a Jesús como su discípulo, Jesús vendrá al final en juicio con su hueste de ángeles y prevalecerá contra nosotros. Necesitamos hacer las paces con Él ahora y convertirnos en sus discípulos y seguirlo.

Date cuenta de que esa es la imagen positiva detrás de esta parábola. Al final de esta parábola habrá un rey victorioso que reina. Aplicando esa imagen a Cristo, queremos ser parte del reino victorioso de Cristo, no a alguien conquistado en su venida y excluido de su reino. Entonces, al contar el costo del discipulado, no solo nos damos cuenta de que vale cada centavo, por así decirlo, ¡también nos damos cuenta de que el costo de no seguir a Jesús es aún mayor!

Pasemos ahora a nuestro tercer punto en los versículos 34-35 y pensemos en esta parábola de la sal perdiendo su sabor. La sal se ha utilizado desde la antigüedad para mejorar el sabor de los alimentos. Es lo que se llama un potenciador del sabor. Prácticamente hace que todo sepa mejor. Se utiliza no solo en platos salados, sino incluso en platos dulces. Incluso el helado generalmente tiene sal. Pero la parábola de Jesús imagina ¿qué pasa si la sal de alguna manera pierde su sabor? ¿Qué pasa si la sal ya no es salada?

Una pregunta que a menudo se hace aquí es: “¿Cómo puede ser la sal incluso cuando pierde su salinidad?” Una sugerencia que he leído es que podría referirse a cómo se puede mezclar con otros minerales que podrían impartirle malos sabores. Bueno, esa es una idea interesante, y tal vez eso es lo que está en mente aquí, pero me pregunto si eso no es pensarlo demasiado. Tal vez la idea es que la sal sin sal se supone que es un poco algo sin sentido. Es como tener agua sin agua. Y entonces, sospecho que ese es el punto final. Si tienes sal que no es salada, realmente no tienes sal. Puedes afirmar que es sal, pero si no es salada, entonces no es realmente sal.

Aplica esto entonces al tema de hoy sobre el discipulado. ¿Eres realmente un discípulo? Podrías decir que eres un discípulo de Cristo, pero ¿eres realmente su discípulo? Si se supone que la sal es salada, Jesús enseñó aquí que se supone que los discípulos son como los discípulos, es como Jesús lo define. Jesús dice que el discipulado debe ser uno en el que renuncies a todo por Cristo y camines en su camino a la cruz. Es estar en una vida en la que estés compartiendo su sufrimiento aquí y ahora, y luego más tarde compartirás su gloriosa victoria en el futuro. ¿Es así como se ve tu discipulado? ¿O, no es así? Si no lo es, entonces ¡puedes ser como la sal sin sal!

Y así, dije al principio o en nuestro sermón de hoy que el discipulado es fundamental para el cristianismo. Todo cristiano es discípulo de Cristo. Así como la sal no salada no es sal, así también, si no eres un discípulo, entonces no eres cristiano.

Iglesia Presbiteriana de la Trinidad, el llamado hoy es al discipulado. Si aún no estás siguiendo a Jesús, hazlo hoy. Cuenta el costo de seguirlo y entiende en qué te estás metiendo. Pero cuenta también el costo de no seguirlo, y se sabio y corre a Él para encontrar la paz y la vida eterna. Y si es necesario, que el sermón de hoy te despierte si te has considerado un cristiano pero no has sido realmente un verdadero discípulo. Y si ya te has convertido en discípulo, que hoy te vuelvas a comprometer con lo que eso implica. Y que nos animemos entonces a lo que se llegará a eso. El resultado será algo mucho mejor que una torre o incluso un éxito militar. Ven rápidamente Señor Jesús y que nos concedas la gracia de seguirte cada día, renunciando con gusto a todas las cosas por tu bien. Amén.

Derechos de autor © 2022 Rev. W. Reid Hankins, M.Div.
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