Sermón predicado en Génesis 16 por el Reverendo W. Reid Hankins durante el servicio de adoración en la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad en 03/09/23 en Novato, CA.
Sermón
Reverendo W. Reid Hankins, M.Div.
Traducido por el Diácono Diego Merino
Como se nos recordó el capítulo anterior, Dios había hecho grandes promesas a Abraham. Esas promesas incluían una gran descendencia que saldría de Abraham, una que incluso traería bendición a todas las naciones de la tierra. En el último capítulo, Dios incluso se comprometió formalmente a esas promesas en forma de pacto. Sin embargo, aquí, Abram, con su esposa Sarai, todavía no tienen hijos. Lo que encontramos entonces es el esfuerzo humano para tratar de encontrar una manera de traer las promesas de Dios. Veremos que esto resulta en varias dificultades interrelacionadas para el hogar y sus miembros. En el próximo capítulo también quedará claro que sus esfuerzos aquí no van a ser la manera que Dios cumpla sus promesas. Pero a pesar de los problemas que vemos aquí en la casa de Abraham, también vemos que la gracia y la misericordia de Dios continúan obrando aquí.
Comencemos en nuestro primer punto para considerar los versículos 1-6. Aquí vemos tanto los esfuerzos en la casa de Abraham para asegurar las promesas de Dios a través de métodos alternativos, como también los problemas que vinieron junto con eso. Al estudiar este primer punto, quiero recordarles que al interpretar las Escrituras debemos tener en cuenta el género, y Génesis aquí está en el género de la narrativa histórica. Algo a tener en cuenta en este género es que la narrativa histórica es en gran medida descriptiva. Describe a diferentes personas haciendo cosas diferentes. El hecho de que un personaje haga algo en el relato no significa necesariamente que la Palabra de Dios esté aprobando esa acción. A veces la Biblia está por ejemplo reportando el pecado de alguien. Y así, en la narrativa histórica, la Biblia nos está dando un informe divinamente inspirado de los eventos. Por lo tanto, lo recibimos como un relato preciso de lo que sucedió. Ahora, a veces, el narrador también nos dará algún comentario que evalúa las acciones de alguien, lo que nos da una evaluación divinamente inspirada. U otras veces, la narración nos dice algo que el SEÑOR hizo, y así ciertamente lo recibimos como bueno. Pero a veces, el narrador no nos dice cómo evaluar las cosas, pero tal vez otros pasajes de la Biblia nos ayudan a ser capaces de evaluar nosotros mismos lo que está sucediendo en el pasaje. Estas habilidades serán necesarias hoy en nuestro primer punto al evaluar las acciones de Abram, Sarai y Agar, que de ninguna manera son perfectas aquí.
Comenzando en el versículo 1, se nos recuerda la preocupación aquí de que Abraham no tiene hijos. Señala específicamente que Sarai no le ha dado hijos, porque aprendimos antes que ella era estéril. En el versículo 2, entonces, después de tantos años de intentarlo y no tener hijos, vemos el plan de Sarai para abordar esto. Ella quiere que Abraham tome a su sirvienta Agar para tener un hijo en nombre de Sarai. Al estudiar la narrativa histórica de esta manera, también necesitamos entenderla en su contexto histórico. Cuando hacemos eso, reconocemos que lo que Sara está proponiendo era una práctica culturalmente aceptable en ese momento. La sirvienta de Sara sería entregada a Abraham como una especie de segunda esposa, pero realmente para Sara funcionar después como una madre sustituta. El bebé nacido de Abraham y Agar bajo tal práctica sería contado en cierto sentido como si Sara hubiera dado a luz al niño. Esta era una práctica bastante común en ese entonces, pero date cuenta de que todavía habría sido emocionalmente difícil para Sara proponer esto. Seguramente, ella estaba agobiada en su corazón porque no podía concebir. Seguramente, ella habría estado agobiada por compartir íntimamente a su esposo de esa manera con otra mujer. Creo que deberíamos tener simpatía por Sara aquí. Ella sabía que Dios le había prometido a Abraham un heredero. Ella probablemente entendió que era su trabajo proporcionar eso a Abraham. Ella no pudo hacer eso. Así que probablemente siente un sentido de responsabilidad para «hacer que eso suceda».
Entonces, creo que podemos ver algunas intenciones positivas de Sara aquí, pero eso no significa que esta fuera una buena idea. Esta forma de subrogación puede haber sido culturalmente aceptable, pero eso no significa que sea moralmente correcto con respecto a la institución del matrimonio de Dios como leemos en Génesis 2. Se nos insinúa sutilmente esto en el versículo 2 cuando describe cómo Abram hizo lo que Sarai propuso al decir que «Abram escuchó la voz de Sarai». Eso hace eco de cómo Dios reprendió a Adán después de la caída en el Jardín del Edén, reprendiendo a Adán por escuchar la voz de su esposa al comer del árbol prohibido. Abram se somete a la propuesta seguramente bien intencionada pero tonta de su esposa, en lugar de ser aquí el líder espiritual que podría haber sido. Es una reminiscencia del fracaso del Jardín del Edén. El hecho de que Agar también se declare como egipcia, nos recuerda que probablemente fue adquirida cuando Abram y Sarai hicieron esa estadía tonta en Egipto en Génesis 12, donde Abram pecó en su tonto esfuerzo por salvarse a sí mismo. Este intento de traer al heredero prometido de Dios a través de Agar parece otro esfuerzo tonto para traer la salvación de Dios a través de los esfuerzos del hombre.
Entonces, Abraham concibe con éxito un hijo con Agar. Ahora todo será felicidad y bueno, ¿verdad? Solo puedo imaginar que esto habría agregado sal a la herida de Sara. Ella había intentado concebir durante tanto tiempo y aquí Agar no tiene ningún problema. Las personas que luchan con la fertilidad saben lo emocionalmente desafiante que es esto. Pero luego, para agregar mas dolor a la herida, vemos después en el versículo 4 que Agar termina mirando a Sarai con desprecio. En otras palabras, comenzó a menospreciar a Sarai. Sarai era la señora (que es la forma femenina de la palabra maestro); Agar era la sirvienta, así que Agar debería haber mostrado respeto y honor a Sarai. Pero a la luz de haber dado a luz al hijo de Abraham, ella había comenzado a pensar pecaminosamente en sí misma más de lo que debería en relación con Sara, su ama. Ahora, ¿quién podría haber visto venir eso?
Esto hace que Sarai se enoje con Abram, versículo 5. Ella culpa a Abram por el desprecio de Agar. Nuestra reacción inicial es decir: «Sara, pero esta fue tu idea», y «¿no debería culparse a Agar por la acción y no a Abram?» No creo que esas sean reacciones equivocadas. Pero a medida que vemos la respuesta de Abram, creo que podemos deducir que hay más aquí de lo que Sarai está diciendo. Creo que Sara está apelando a Abraham como líder de la casa. La queja de Sara es esencialmente a Abraham porque cuando tú eres el que está a cargo en última instancia, cuando las cosas van mal, hay un sentido en el que es tu culpa. Una vez más, como en el Jardín del Edén, después de que cayeron en pecado, Dios no confrontó a Eva primero, sino que confrontó a Adán primero. Entonces, Sara trae su queja a Abraham y vemos su decisión de liderazgo en el versículo 6. Le dice a Sarai que su sirvienta está en su poder y que haga lo que crea mejor. Esa decisión de Abram tampoco parece ser la más sabia como líder. En lugar de hacer un juicio sabio sobre cómo manejarlo, simplemente reasigna el asunto a Sara para que se ocupe de ello, posiblemente una especie de cancelar una responsabilidad. De hecho, Sara trata con dureza a su sirviente. Eso es un pecado, por cierto. Agar termina huyendo de Sara, debido a eso.
En resumen, la casa de Abram se esforzaba por cumplir la promesa de Dios por un heredero a través de sus propios esfuerzos fallidos y pecaminosos. Al final, todo es en un gran lío. Pero Dios intervendrá aquí para traer algo de sanidad a esta casa mientras va tras la fugitiva Agar. No será hasta el próximo capítulo que veremos a Dios dejar claro a Abram y Sarai que sus esfuerzos por tener un heredero a través de Agar no serán la forma en que Dios cumpla sus promesas. Tendremos que esperar para eso la próxima enseñanza. Pero por ahora, pasemos a nuestro segundo punto para considerar los versículos 7-12. Allí vemos la gracia y la misericordia de Dios al reclamar a Agar.
El versículo 7 nos explica cómo Dios busca a Agar. Es a través del Ángel del SEÑOR. Permítanme aclarar que vemos en la Biblia varios ángeles de Dios. Los ángeles son siervos espirituales que Dios creó, algunos que han caído y ahora se conocen como demonios. Pero hay algunos lugares en el Antiguo Testamento donde parece que la Biblia no está hablando de uno más de los muchos ángeles del SEÑOR, sino del Ángel del SEÑOR. En esos casos, el Ángel del SEÑOR aparece a una persona que tendríamos razón al describir como una teofanía, como una manifestación de Dios. De hecho, se ha sugerido que estas referencias al Ángel del SEÑOR están describiendo nada menos que a la segunda persona de la Trinidad, el eterno Hijo de Dios, y por lo tanto es una Cristofanía. Si eso es exacto, entonces eso significaría que tenemos una visión de las tres personas de la Trinidad en el Antiguo Testamento, con varias referencias a Dios o al SEÑOR (es decir, el Padre), el Ángel del Señor (es decir, el Hijo) y el Espíritu Santo (es decir, la tercera persona de la Trinidad). Si bien no podemos ser dogmáticos al respecto, ciertamente armonizaría bien con el Nuevo Testamento. Pero aquí, definitivamente vemos las características típicas de este Ángel del SEÑOR que nos hace que tengamos tales preguntas. En el versículo 10, habla en primera persona en su propia autoridad declarando lo que solo Dios tiene el poder de declarar como algo que Él mismo está haciendo. Sin embargo, en el versículo 11 también habla del SEÑOR en tercera persona. Y luego tanto el narrador como Agar en el versículo 13 identifican claramente al Ángel del SEÑOR como el SEÑOR mismo. Así que, como mínimo, el Ángel del SEÑOR aquí es una teofanía, una manifestación de Dios.
Así que el Ángel del SEÑOR llama a Agar en el versículo 8. Note que Él usa su nombre. Si te das cuenta, Abram y Sarai nunca usaron su nombre; sólo se referían a ella como la sirvienta de Sara. Sólo la narradora nos había dicho su nombre. Pero aquí, el SEÑOR le habla diciendo: «Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde vas?”. Me gustaría señalar que se le apareció en un manantial de agua cerca de Shur, y a los comentaristas les gusta señalar que esto estaba al sur de Hebrón, donde estaba la casa de Abraham, por lo que pensaron que tal vez estaba tratando de huir de regreso a Egipto. Pero ella no responde a la pregunta de hacia dónde se dirige, solo que había venido de huir de su ama. Tal vez la realidad es que ella realmente no sabía hacia dónde se dirigía, que no tenía un plan a dónde ir.
El ángel del SEÑOR entonces procede a darle tres palabras. Note que la primera palabra es un mandamiento, versículo 9. Él le ordena que regrese a Sarai y se someta a ella. Básicamente, Él le está pidiendo que se arrepienta de su huida. Puede ser difícil para nosotros en nuestros días escuchar esto, pero 1 Pedro 2:18 dice que los siervos deben someterse a sus amos con todo respeto, no solo a los buenos y gentiles, sino también a los injustos. Este llamado para que regrese también tiene algunas similitudes con el libro de Filemón, si recuerdas esa epístola del Nuevo Testamento.
Pero luego note la siguiente palabra que le da. En el versículo 10, le da a Agar una maravillosa promesa de que multiplicaría su descendencia grandemente que no podrían ser contados. Esta es una promesa tremenda, y tiene mucha similitud con la promesa que Dios le había hecho a Abraham. Sí, las promesas de Dios a Abraham fueron más allá de simplemente hacer un gran pueblo numeroso. Pero que Dios prometa esa parte también a Agar es asombroso.
Luego, la tercera palabra que le da está en los versículos 11-12. Esta es en realidad una canción o poema profético que predice el futuro de su hijo que está en su vientre. En este poema, ella aprende varias cosas. Ella se entera de que su bebé será un niño y lo llamará Ismael, en reconocimiento de eso, el SEÑOR había escuchado su aflicción. El nombre Ismael significa «Dios oye», y esto probablemente también sugiere que Agar había estado pidiendo ayuda a Dios antes de que se le apareciera. Pero luego el versículo 12 tiene un lenguaje un poco más misterioso acerca de que su hijo es comparado con un burro salvaje y cómo se encontrará en mucho conflicto con los demás, incluso mientras habita junto a ellos. La referencia al burro probablemente predice una forma de vida nómada para sus futuros descendientes. En general, se cree que Ismael es el patriarca de varios pueblos árabes, y sabemos que muchos de ellos eran nómadas, además de tener varios conflictos con los diversos pueblos que vivían al rededor unos a otros.
Así que esta canción profética dio un mensaje de bendición entre la aflicción, algo con lo que Agar ciertamente podía relacionarse. Me imaginaba que Agar en este punto se sentía bastante deprimida. Estaba huyendo y su futuro era incierto. Pensaría que una mujer errante como esta temería por su propia vida. Pero Dios se le aparece y le ofrece esperanza. Pero esa esperanza está ligada a que ella regrese a Sara y se someta a ella. Pero esta esperanza seguramente incluye la esperanza de que las cosas mejorarán. Si Dios le ministrara a Agar de esta manera, entonces seguramente el mismo Dios podría obrar en el corazón de Sara para que Agar pudiera ser recibida de nuevo de una buena manera. Una vez más, pienso en esa esperanza similar en el libro de Filemón.
En este segundo punto, no perdamos el punto en que Dios está mostrando una gracia muy asombrosa a una sierva. A los ojos del mundo, esto es solo una sirvienta fugitiva y, sin embargo, Dios se revela a ella y le da tal promesa. Pero esta no es cualquier sirvienta. Es una sirvienta en la casa de Abraham. Y aunque Ismael no será el heredero prometido de la casa de Abraham, Ismael será parte de la casa de Abraham y conocerá muchas bendiciones por ello. Y no pierdas el punto de que Abraham es el poseedor de tales promesas no porque Abraham fuera muy piadoso. Pero en la gracia de Dios que Él ha elegido para mostrar a Abraham, también fluirá a Agar e Ismael en su conexión con Abraham. En Génesis 12, Dios había mencionado que sus promesas a Abraham traerían bendición a todas las naciones de la tierra. Aquí, esta humilde chica egipcia comienza a darse cuenta de algo de esa bendición.
Pasemos ahora a considerar brevemente la respuesta de Agar a Dios. Estos son los versículos 13-15. En resumen, ella tiene un corazón de gratitud y alabanza por Dios que vino a ella en su hora de necesidad. En el versículo 13, vemos que ella expresa aquí aprecio al darle un nombre a Dios. Ella lo llama el “El Dios que me ve». Esto complementa la canción profética en el versículo 11 que decía que «Dios oye». Ella está muy contenta de haber visto a este Dios que la ha visto. Dios se ha fijado en ella, una niña maltratada cuyo valor para su hogar había sido tener un bebé. Dios la ve. En otras palabras, Dios nota su dolor, sus problemas y su necesidad de ayuda. Dios viene a ella para cuidarla. Esta verdad y este asombroso encuentro teofanico fue tan importante, que resultó en que el pozo en ese manantial recibiera el nombre del evento. En hebreo, el nombre se llama Beer-lahai-roi, que significa «El pozo del viviente que me ve».
Qué respuesta tan asombrosa. Aquí, esta matriarca de los ismaelitas, tiene esta maravillosa experiencia con Dios. De hecho, esta sierva en la casa de Abraham tenía esta relación con el SEÑOR. Dios la vio y la escuchó en su momento de necesidad, y vino a ella y le habló palabras de consuelo y paz. Ella responde correctamente a la gracia de Dios con la alabanza que se debe a su nombre, exaltando su nombre y gloriándose en sus promesas.
El cuidado de Dios por Agar aquí, también ofrece una esperanza similar para todos sus descendientes. Si bien esta profecía del futuro para los ismaelitas insinúa un futuro lleno de conflictos, la interacción de Dios con Agar se erige como una invitación a todos sus descendientes. Hay bendición en Abraham y, finalmente, en el prometido linaje de Abraham. Hablo de Jesucristo. Mientras que muchos descendientes de Ismael hoy en día todavía viven en conflicto entre sí con los demás, todavía hay esperanza de una verdadera paz, un verdadero salaam. No está en Mahoma o en sus falsas profecías acerca de Dios. Está en Jesús y en su verdadera revelación en la Santa Biblia que consiste en el Antiguo y Nuevo Testamento.
Lo que es verdad para todos los ismaelitas, es verdad para todas las naciones y pueblos de la tierra. Hay un Dios verdadero que ha hecho todas las cosas y que sostiene todas las cosas. Él es el Dios que ve y oye. Aparte de su gracia, eso debería aterrorizarnos. Porque significa que ha visto y escuchado todas las cosas malas que cada uno de nosotros hemos hecho. Pero Dios ofrece su misericordia y gracia a todo el mundo, el cumplimiento mismo del pacto abrahámico. En el evangelio de Jesucristo, Él ofrece el perdón de los pecados y una bendita vida eterna de paz. Si te vuelves y pones tu confianza en Jesús, si corres a Cristo, entonces Él te llevará a su casa de creyentes. Entonces el Dios que ve y oye ya no verá nuestro pecado. Cuando nos mira a los que somos salvos en Cristo, verá la justicia de Cristo. Podemos tener paz sabiendo que un día, cuando Cristo regrese, seremos salvos del juicio, y Él nos llevará a esa paz bendita y eterna.
Entonces, aunque Dios ya no ve nuestro pecado, sí nos ve a nosotros. Dios vio a Agar en su situación difícil. Y aunque el pasaje de hoy no atrajo nuestra atención a esto, Dios también vio la difícil situación de Abraham y Sara. Esa difícil situación incluía saber que Dios les prometió un heredero, pero aún no tenían un hijo y todo el dolor que vino con eso. El pasaje de hoy muestra las fallas de estas tres personas. Abraham, Sara y Agar, todos muestran por qué necesitaban la gracia de Dios para perdonarlos y también la gracia de Dios para venir en su ayuda en medio de sus problemas. Podemos relacionarnos con esto. Y así, Dios nos ve. Él nos escucha cuando llamamos. Él nos conoce y se preocupa por nosotros. Tal vez estás pasando por un momento difícil en este momento. Tal vez has tenido que soportar algunas relaciones difíciles. Tal vez has experimentado una gran pérdida últimamente. Tal vez tu propio pecado te ha dejado frustrado y sintiéndote derrotado. Pero nuestro Dios ve y oye. Clama a Él hoy. Pon tus preocupaciones delante de Él. Sepan de que Él los ama. Sepan que Él los encontrará donde estén y los ministrará. Créanlo. Confíe en esto. Y al experimentar el cuidado de nuestro Padre celestial, respondamos también con alabanza y gratitud a nuestro gran Dios que ve y oye.
Amén.
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